Los acuerdos comerciales que regulan la importación y exportación de agua son una trampa para la humanidad, como en el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que favorece la eventual apropiación del líquido por las empresas, afirmó hoy en el Foro Böll la especialista canadiense Maude Barlow.
La integrante del Consejo Canadiense se sumó a la exigencia de sacar el «oro azul» de cualquier negociación en la Organización Mundial de Comercio (OMC), llamado hecho por la sociedad civil reunida en este foro organizado por la Fundación Heinrich Böll, vinculada al Partido Verde de Alemania.
Puntualizó que el agua no solamente está en el Acuerdo General para el Comercio de Servicios (GATS), firmado por los gobiernos, sino también en las negociaciones que tienen que ver con los aranceles y, por tanto, con exportaciones e importaciones.
Por ello, se pronunció en contra del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) por favorecer que los gobiernos y empresas se apropien de un derecho humano fundamental.
Luego, Sith Ying Sánchez, representante de la Coordinadora Indígena Campesina de Agroforestría Comunitaria (Cicafoc), que reúne a 70 organizaciones, destacó que en los siete países de la región centroamericana la regulación del agua es una política centralizada, aunque en el fondo ningún nivel de gobierno se responsabiliza por el estado de la misma.
Ambas especialistas consideran que se debe democratizar el manejo del agua. Maude Barlow propuso que la ciudadanía participe aún cuando el agua esté privatizada.
2003/MR/GMT
