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Delincuentes detrás del mostrador en los bancos

Por Patricio Cortés

La seguridad del dinero de los cuentahabientes en los bancos de México ha resultado bastante vulnerable debido a que la delincuencia ha permeado a dichas instituciones. Si bien no se puede generalizar y decir que todos los empleados de la banca son corruptos, sí es un hecho que algunos están coludidos con los delincuentes.

Según cifras de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en 2002 tan sólo en asaltos a cuentahabientes el hampa obtuvo más de 40 millones de pesos en mil 341 atracos denunciados.

La PGJDF creó en mayo del año pasado la Dirección de Investigación de Robo a Cuentahabientes (DIRAC) pero 10 meses después fue desarticulada por lo que no se cuenta hoy con estadísticas del presente año.

El artículo 91 de la Ley de Instituciones de Crédito dice: «Las instituciones de crédito responderán directa e ilimitadamente de los actos realizados por sus funcionarios y empleados en el cumplimiento de sus funciones, sin perjuicio de las responsabilidades civiles o penales en que ellos incurran personalmente».

No obstante la Asociación de Banqueros de México prefiere ignorar el fenómeno y cuando intentamos obtener una opinión de dicho organismo, su vocero Eduardo Kuri aseguró que se trata sólo de casos aislados y por lo tanto «no tenemos posición al respecto».

EMPLEADOS COLUDIDOS

Al comentarle al funcionario que nuestra investigación arrojaba que la corrupción en empleados bancarios era la única forma en que se pueden explicar diversos desfalcos, visiblemente alterado comentó: «Entonces es asunto del Ministerio Público, no de la asociación». Cabe mencionar que en agosto del 2001 el propio Eduardo Kuri aceptó en conferencia de prensa que había empleados asociados con la delincuencia y que vigilarían el enriquecimiento ilícito de los mismos.

El doctor Miguel Ontiveros Alonso, director de Investigación del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), afirma: «El banco es corresponsable porque antes de contratar una persona el banco tiene la responsabilidad de verificar de quién se trata y aun pasando este primer requisito también debe implementar medidas de seguridad y controles internos para evitar que se lleven a cabo conductas delictivas».

Incluso el investigador del Inacipe afirma que si un banco identifica un ilícito y opta por arreglar el asunto internamente –la mala publicidad a nadie le conviene– está incurriendo en el delito de encubrimiento. Explica que hay delitos como el robo que se sigue por oficio, es decir no procede liquidar al cuentahabiente (que de todos modos lo tendrán que hacer) y dejar el asunto sin sancionar. En el caso de fraude sí procede la figura del perdón.

«Es un problema de todos –prosigue Miguel Ontiveros–. Lo que no se puede hacer es negar una responsabilidad si no de carácter penal, por lo menos social de tener que luchar en contra de la delincuencia y los bancos no están interesados en implementar medidas de seguridad de alta tecnología y tampoco en pagar su propia seguridad, entonces los policías que deberían estar cuidando las calles, están cuidando los bancos».

«Cuando sucede un delito, lo mínimo que tuvieran que hacer es cooperar para que se imparta la justicia. La actitud negativa de intentar rechazar la posibilidad de que en un banco determinado se cometen delitos ‘porque yo soy el dueño del banco, porque trabajo ahí o porque soy el gerente’ o negar la apertura de información no privilegiada es una actitud poco solidaria que no debería de ser» agrega el penalista.

CUIDADO CON LAS CHEQUERAS

Elizabeth Mora nos narra que ella acudió a una sucursal de BBVA-Bancomer ubicada en el centro de Coyoacán a recoger su chequera, el empleado le dijo que revisara que estuviera sellado el plástico en el que estaba envuelta, ella respondió afirmativamente y firmó. Acababa de depositar cincuenta mil pesos producto de la venta de su carro y días después cuando llamó para pedir su saldo faltaban 48 mil 900 pesos, resultado de dos cheque que supuestamente había girado.

Tras recibir dicha noticia fue a revisar su chequera aún envuelta en el plástico original supuestamente sellado y efectivamente faltaban dos cheques. Acudió al banco y le informaron que los cheques traían su firma, es decir quien cobró los cheques también tuvo acceso a la base de datos del banco para poder falsificar la rubrica.

La afectada acudió a la Comisión Nacional para la Protección de Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef) donde supuestamente le darían asesoría legal, pero cuando se presentaron frente a los abogados de BBVA-Bancomer, los funcionarios de la entidad gubernamental, le dijeron que eran conciliadores únicamente. El banco se negó a pagarle y a proporcionarle el video de cuando se cambiaron sus cheques.

Al consultar con diversos abogados le informaron que sería un juicio prolongado y que a la larga le saldrían más caro que el mismo desfalco por lo que desistió de la querella. Hoy Elizabeth Mora prefiere guardar el dinero bajo el colchón y prescinde hasta donde le es posible de la banca.

Jorge Arias, subdirector de Análisis y Evaluación de Instituciones y Servicios Financieros de la Condusef, nos explica que según la normatividad vigente con que la firma sea similar el banco paga el cheque.

Cabe recalcar que la Condusef sólo funciona como conciliador de partes y no tiene forma de obligar a la banca a pagar los desfalcos si ésta se niega. Sin embargo, el ingeniero Fernando Herrera Zarate, director general de Análisis y Evaluación de Instituciones y Servicios Financieros de la Condusef, comenta que en tal caso: «lo que podemos hacer es defender al usuario en tribunales».

NADIE ESCAPA

Incluso Forum ha sido víctima de estos desfalcos con un cheque a nombre de Norma Jessica Bonilla López por 5 mil 800 pesos con la firma de nuestro director, Eduardo Ibarra Aguirre, a todas luces falsificada. La Condusef negó el servicio de defensa legal por no cumplir los requisitos de procedencia económica y evidentemente contratar un abogado resultaría en un gasto mayor que la cifra defraudada.

Durante la investigación sobre la corrupción de algunos empleados bancarios pudimos identificar cómo trabaja una banda de desfalcadores. Los delincuentes cuentan con toda una cadena de cómplices dentro de los bancos que ponen a su disposición toda la información necesaria. Es decir, empleados de la banca sustraen cheques de las chequeras, dan los datos necesarios para la falsificación de tarjetas y cheques.

También la misma banda recibe los NIP y estados de cuenta de la víctima y de esta forma pueden hacer compras en su nombre dentro del rango de consumo habitual para no despertar sospechas. Regularmente adquieren electrodomésticos que después venderán a mitad de precio en el mercado negro.

El efectivo sigue siendo lo más atractivo ya sea retirando dinero de los cajeros o con cheques apócrifos, desde adentro les dicen los folios que aún no se han utilizado, realizan robos sin violencia. La organización es tal que se le informa a los malhechores donde está el cuentahabiente, incluso de vacaciones y viajan a esa plaza para sustraer dinero de su cuenta sin despertar sospecha.

En estos casos, reconoce Fernando Herrera, es muy difícil que la víctima recupere su dinero pues se trata de firmas similares o su mismo NIP y la sustracción fue hecha en la plaza donde se encontraba el afectado y entran en su patrón de consumo.

En Ciudad Madero, Tamaulipas, Arturo Saavedra Sánchez fue despojado de sus ahorros por terceros (más de once mil pesos de una sucursal de Bital donde le depositan su sueldo). Al hacer su reclamo el gerente hizo una llamada y el afectado escuchó que decía que eran varias cuentas defraudadas. Días después le dijeron que de acuerdo con las cláusulas del contrato él era el único responsable de lo que sucediera con sus cuentas por lo que no le reembolsarían nada.

LA CONDUSEF, UN ELEFANTE BLANCO

Los retiros según el afectado se hicieron mientras estaba en Chiapas y ninguna otra persona tiene acceso a su número confidencial. Acudió a la Condusef donde le recomendaron demandar al banco ante lo que desistió por los costos que esto implica. De la misma forma Bital negó la información de las cuentas hacia donde fueron desviados los ahorros de Arturo Saavedra alegando el secreto bancario.

Al respecto, Miguel Ontiveros explica: «Hay mecanismos legales en los que con todo sigilo se pueden implementar medidas seguras para dar con los delincuentes utilizando información privilegiada específicamente en la delincuencia organizada».

La Condusef dio 7,263 asistencias por cargos indebidos de tarjetas de crédito que derivaron en 1,868 reclamaciones, tan sólo de enero a junio del presente año. En lo referente a cheques asesoró en el mismo periodo a 2,717 usuarios por cheques falsificados, con un total de 1, 298 reclamaciones.

Desafortunadamente la alianza de algunos malos elementos de la banca, gerentes incluidos, con los delincuentes no se limita a delitos de cuello blanco y hay indicios de confabulación con asaltantes.

La doctora Yolanda Cristina Massieu Trigo asistió a la sucursal de Banamex de Perisur en diciembre del año pasado a hacer un retiro de 28 mil pesos, la cajera la hizo esperar para entregarle el efectivo, porque según ella no le alcanzaba, sin embargo nadie le llevó el dinero.

Al salir del banco la siguieron y le arrebataron el dinero a punta de pistola afuera de su hogar. Levantó la denuncia y colaboró con los retratos hablados, meses después se enteró a través de unos judiciales que la atendieron que se trataba de una banda que ya llevaba varios delitos similares y que la información que proporcionó fue útil para la captura de los proscritos. No obstante la actitud sospechosa de la cajera, la detención no incluyó a ningún funcionario del banco.

SEÑALES DE ALARMA

El pasado 30 de julio Emilia Cruz fue a cambiar 30,855 pesos en cheques del magisterio que había guardado para sus vacaciones. Llegó al Banamex ubicado frente a la Alberca Olímpica unos minutos antes de las 16 horas. Fue la última persona en ser atendida y junto con su hermano los últimos en salir de la sucursal de Banamex; al llegar a su casa en cuanto apagó su automóvil y se disponía a bajar salieron de la nada dos delincuentes armados con pistolas y les exigieron el dinero.

El más joven de éstos señaló una bolsa de plástico donde Emilia había escondido el dinero dentro del banco, la profesora en un principio se negó pero amenazas de muerte la convencieron y huyeron con el botín, no sin antes arrebatarles las llaves del carro para que no los siguieran.

La policía tardó casi media hora en llegar y el uniformado comentó «los pusieron desde el banco». La afirmación era lógica, los asaltantes sabían donde estaba el dinero, información que sólo podían haber obtenido desde la sucursal, pues cuando lo guardaron ya sólo quedaban empleados.

La maestra de secundaría levantó la denuncia correspondiente, pero amistades que habían vivido situaciones similares le advirtieron que si llegan a localizar a los delincuentes lo más probable es que reciba amenazas de muerte para que no los identifique. La denunciante se encuentra temerosa, pues también le arrebataron su bolso con identificaciones.

Miguel Ontiveros comenta: «Es una amenaza que se tiene que denunciar así como se denunció el delito. Lo que no podemos es tenerle miedo a los delincuentes y hacer lo que nos ordenen, para eso está la policía si se denuncian los secuestros y se resuelven, hay que tener valor civil».

Otra victima cuyo nombre prefirió mantener en el anonimato retiró 60 mil pesos de un Banamex ubicado sobre calzada de Tlalpan, al llegar a su domicilio dos delincuentes la amagaron también antes de salir del auto. La víctima había tomado la precaución de dividir el dinero en dos partes, ya adentro de su carro y discretamente, por lo que les dio sólo la mitad, los asaltantes todavía se dieron tiempo de contar el dinero y le dijeron «¡No te hagas pendeja falta la mitad!» y le quitaron todo.

AMENAZAS A QUIENES DEMANDAN

Esta persona también hizo su denuncia y le dio seguimiento por varios meses hasta que recibió una llamada telefónica donde le advirtieron que de continuar tomarían represalias contra su familia. Cabe mencionar que estos individuos en el asalto no se llevaron sus identificaciones, sólo efectivo ¿de donde sacaron datos?

De la misma forma nos encontramos casos que demuestran que los asaltantes saben exactamente quién lleva el dinero, como que le arrebatan las llaves a punta de pistola a alguien que fue a depositar para que su auto bloquee al de quien sí lleva dinero.

En agosto del año pasado, cuando todavía existía la Dirac y la PGJDF todavía estaba dispuesta a hablar sobre el tema, Alvaro Arceo Corcuera, subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales, aseguró que 80 por ciento de los cuentahabientes que han sido asaltados después de acudir a un banco sospechan de empleados de la banca.

No obstante una cosa es saber que sólo desde el banco se pudo proporcionar la información necesaria para el ilícito y otra probarlo. Miguel Ontiveros explica: «La responsabilidad de probar es de las procuradurías, el derecho penal es un derecho de pruebas e investigación criminal como interrogatorios». Urge capacitar a las policías y a los ministerios públicos.

La Condusef por su parte se desmarca y Fernando Herrera comenta que al ser una entidad conciliatoria, el tipo de pruebas como el video de la sucursal (que tienen obligación de guardar por lo menos 10 años) no llegan a sus mesas de negociación.

Una herramienta básica para la delincuencia es la información del cuentahabiente que es donde intervienen principalmente los empleados de la banca. Su cuidado es responsabilidad de la banca y el investigador del Inacipe afirma que la banca es responsable de su uso, por el secreto bancario.

En contraparte Fernando Herrera advierte que la mayoría de los contratos de adhesión a los servicios financieros «tienen una letra pequeña» que permite a la banca hacer uso de la información del cliente. Aunque regularmente se utiliza con fines meramente de mercadotecnia, esta política vulnera la seguridad del usuario.

LOS RIESGOS DE LA BANCA ELECTRONICA

De la misma forma en los contratos de adhesión a la banca electrónica, la institución se deslinda de cualquier responsabilidad si el dinero desaparece en la red. Sin embargo el doctor Ontiveros afirma que si fallan los mecanismos de seguridad el banco tiene que pagar.

Por su parte Fernando Herrera dice: «La balanza está muy inclinada del lado de las instituciones que mientras no exista una legislación en esa materia mucho más estricta, las condiciones no son favorables para que el usuario tenga confianza en hacer ese tipo de operaciones».

De acuerdo con el funcionario de Condusef nos faltan medidas de seguridad y legislación clara y expone: «Los bancos extranjeros sí se someten a ese tipo de legislación en sus países de origen, es exactamente lo mismo que les pedimos en México».

Tanto Miguel Ontiveros como Fernando Herrera coinciden que lo principal es tomar medidas de seguridad para evitar el problema, las cuales corresponden a los usuarios de la banca y la autoridad en su conjunto.

Actualmente hay una averiguación previa contra Fernanda Navarro, cajera de BBVA-Bancomer, por su presunta colaboración con asaltantes pero la realidad va mucho más allá de un caso aislado. Los casos incluidos en este reportaje son solamente una pequeña muestra, los ejemplos abundan y las autoridades hoy prefieren guardar silencio.

*Colaborador de la Revista Forum

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