Académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) hicieron hoy un llamado a los gobiernos de América, en específico al de Estados Unidos, para que respeten los derechos laborales, lingüísticos y sociales de las y los trabajadores migrantes.
Al participar en el seminario internacional sobre Derechos humanos y flujos migratorios en México y América central, que se llevó a cabo en la máxima casa de estudios, Cecilia Imaz, coordinadora del Centro de Estudios Básicos en Teoría Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, denunció la sensación «que tienen miles de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos de vivir en estado de sitio».
Indicó que el hostigamiento y la persecución contra las y los trabajadores inmigrantes se recrudeció en 1994 con el impulso de una política antimigratoria y antimexicana por parte de Estados Unidos, que se reflejó en el intento de aplicar la iniciativa 187 en California y la entrada en vigor de la operación guardián en la frontera norte.
Cecilia Imaz consideró que hay un retroceso de un siglo en las condiciones laborales de los inmigrantes, para ello puso como ejemplo el reciente fallo de las autoridades estadunidenses que le negaron la indemnización al trabajador mexicano Juan Castro, despedido porque intentó forma un sindicato.
Tras de las elecciones de noviembre próximo en Estados Unidos, Imaz confió en que los gobiernos de Washington y México puedan llegar a un acuerdo migratorio que incluya el tema de los derechos laborales desde una perspectiva humanitaria.
Por su parte Carol Girón, investigadora del programa de migración de la Flacso de Guatemala, demandó que tanto los gobiernos de Estados Unidos como el de México y de América central cumplan con los convenios internacionales como el de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que garantizan los derechos laborales y sociales de las y los trabajadores temporales que llegan de países vecinos.
Por lo mismo se pronunció en favor de que se elaboren normas internacionales que protejan no sólo a las y los trabajadores temporales, sino también a los trabajadores itinerantes, migratorios, fronterizos, que son los que padecen situaciones específicas en tiempo y espacio.
Girón subrayó la inexistencia de derechos sociales para inmigrantes centroamericanos que laboran en México u otras naciones de la región, situación que se refleja, por ejemplo, en el abuso sexual hacia las mujeres y la sobrexplotación de la mano de obra infantil.
Por su parte Georganne Weller, profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se refirió a la migración indígena que ocurre en el interior de México y cómo se violan los derechos lingüísticos de ese sector de la población.
Asimismo planteó los cambios de patrones en la migración local en la que 89 por ciento de los jornaleros viajan con sus familias y, por tanto, se incrementa la explotación laboral de mujeres y niños.
Además, agregó, se ha incrementado la migración desde las ciudades; ya no tan sólo desde las comunidades rurales.
Georganne Weller apuntó que en la Ciudad de México «aumenta la invisibilidad de cientos de miles de migrantes indígenas», por lo que pidió mayores esfuerzos de los gobiernos federal y del DF para que impartan educación bilingüe en las escuelas; como un mecanismo para que las y los indígenas conozcan mejor sus derechos.
El seminario internacional sobre Derechos Humanos y Flujos Migratorios en México y América central lo organizó la Unesco, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la UNAM y la Universidad Iberoamericana.
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