La investigadora de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, Susana Bercovich, advirtió hoy que lejos de representar una liberación, el sexo virtual reafirma la idea de que la sexualidad es solitaria, masturbatoria y perversa.
La sicóloga, quien participó en la mesa de discusión Cuerpo, Salud, Género y Sexualidad, aseveró que el sexo virtual es un reflejo del miedo que la sociedad tiene a expresar sus deseos y necesidades eróticas.
Bercovich consideró que en el mundo no existe una identidad sexual toda vez que «nuestra construcción sexual es una imitación que se hereda de generación en generación y que responde a estructuras socialmente establecidas».
La también académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que el sexo virtual es una estructura de poder que limita el disfrute de los derechos sexuales, ya que los somete a la esfera de los clandestino.
Calificó al sexo virtual como un «dispositivo de poder» que además de la jerarquía católica, el Estado y la escuela, pretende moldear el cuerpo de hombres y mujeres y asignarles un rol sexual.
De esta forma, la idea promovida por el sexo virtual es que «el cuerpo femenino debe estar sometido y debe ser puro para que sea atractivo», por su parte, «el cuerpo masculino debe ser fuerte, viril y no manifestar ninguna emoción». La investigadora calificó ambos modelos como una forma de subordinación, discriminación y violencia.
Resaltó la importancia de promover una ley que regule el contenido de la Internet con el objetivo de evitar que promuevan la desinformación y reproduzcan estereotipos e ideas conservadoras y discriminatorias que coloquen al cuerpo humano como un objeto sexual.
Dijo que dicha iniciativa debe surgir del gobierno federal, ya que él tiene la responsabilidad de ser el garante de los derechos sexuales y reproductivos de hombres, mujeres y niños.
Bercovich participó en la Segunda Semana de Diversidad Sexual que se llevará a cabo hasta el próximo 7 de junio en el Museo Nacional de Antropología e Historia.
2003/MM/MEL
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