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Denuncian caso de tortura en mujer indígena para inculparse

Por Isaín Mandujano
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En prisión en el penal de San Cristóbal de Las Casas desde agosto del año pasado, la joven mujer indígena, Francisca Flor de la Cruz Hernández, y su propia familia, señalan que fue víctima de tortura para “confesar” un crimen que no cometió, el de su sobrina que fue hallada asesinada y con huellas de violencia sexual.

Erika del Rosario Cruz Hernández, de 15 años de edad, fue encontrada asesinada el 8 de agosto del 2018, en la entrada de San Cristóbal de Las Casas. La muerte fue el último eslabón de una cadena de agravios y amenazas que sufrieron previamente por parte de Pedro Hernández Hernández y su hijo Lucio Zeferino Hernández, quien había sido esposo de Ángela Cruz Hernández, madre de la joven asesinada.

Ángela se separó de Lucio Zeferino, meses antes de la muerte de su hija, porque sufría violencia doméstica, sufrió golpes, además de que no le daba dinero para los gastos de la casa. Eso nunca se lo perdonaron el propio Lucio ni su padre Pedro, ex agente municipal de la comunidad Peña María, al norte de San Cristóbal de Las Casas.

El 21 de agosto, 13 días después de que fue hallada asesinada la joven de 15 años, Lucio Zeferino y su padre, encabezaron a unas 20 personas que fueron a sacar de forma violenta de sus casas a las hermanas Francisca y Blanca Amalia, en la comunidad Agua Escondida, en el vecino municipio de Teopisca.

Señalan que ambas fueron golpeadas y torturadas por las personas civiles, principalmente Pedro y Lucio Zeferino. Fueron entregadas a la Fiscalía General del Estado donde ambas fueron señaladas de haber asesinado a su propia sobrina. Ellas negaron haber cometido ese asesinato, pero no les creyeron. No saben leer ni escribir y les hicieron poner su huella digital en una presunta confesión que ellas hicieron.

Aunque Blanca Amalia quedó libre meses más tarde, no así su hermana Francisca Flor que sigue en reclusión en el penal número 5 de San Cristóbal de Las Casas.

Blanca Emilia y Ángela, la madre de la joven asesinada, señalan que  su hermana en reclusión nada tiene que ver con el crimen, que de hecho la joven hallada asesinada tenía huellas de haber sufrido violencia sexual.

“Desde que mi hija apareció muerta yo pedí justicia a la Fiscalía, pero resulta que el 21 de agosto a las 12 de la noche entraron violentamente 20 personas, familiares de Pedro a sacar a mi hermana de la casa; le indicaron que dijera que ella mató a mi hija porque si no la matarían y quemarían viva con gasolina. Mi hermana Francisca estaba en Agua Escondida. Yo firmé papeles sin saber qué era. Nunca pensé que detendrían a mi hermana. ‘Pide justicia’, me dijeron, ‘para que detengan a los que mataron a tu hija’, y ya estaba detenida mi hermana y una sobrina. Se vendieron por dinero los fiscales de Tuxtla (Gutiérrez); dijeron que a mi hermana Francisca la habían encontrado bien tomada en Tuxtla y no es cierto porque la sacaron de la casa en Agua Escondida”, dijo Ángela, quien ahora implora por la libertad de su hermana.

Blanca Amalia de la Cruz Hernández, hermana también de Francisca, quien estuvo en prisión unos meses recordó que el 21 de agosto la sacaron de la casa, junto con su hermana. Pedro, su hijo y sus primos me trajeron en su carro a San Cristóbal manoseándome las piernas, me metieron una bolsa en la cabeza y me ponían una pistola. A mi hermana Francisca amenazaron con matarla”.

Señala que fueron empleados de la Fiscalía de Homicidios y Feminicidios y Pedro Hernández Hernández, ex agente de la comunidad de Peña María, municipio de San Cristóbal y sus familiares los que fabricaron todo para acusar a su hermana del homicidio de su hija”.

Ángela de la Cruz Hernández, madre de la menor de edad asesinada, insiste: “A mi hermana Francisca la tienen detenida porque la culparon de que mató a mi hija, pero no fue ella la que la mató, ella es inocente. Por eso pido que la liberen”.

Clara Luisa, madre de Ángela, Blanca Amalia y la joven Francisca que está en prisión, y abuela de la joven asesinada, dijo hoy que nada tiene que ver su hija recluida en el penal con la muerte de su nieta, que todo fue un “invento” de Pedro y Lucio Zeferino en venganza porque su hija Ángela se separó de él y se fue a otra comunidad.

“Fueron Pedro y su hijo Lucio, caciques de Peña María, los que armaron todo para perjudicarnos”, aseveró.

Según el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) que atrajo el caso, “fue Pedro, el ex agente de Peña María, quien detuvo con violencia a Francisca, Blanca Amalia y a una hija de ésta. Francisca fue torturada en el trayecto a San Cristóbal y fue obligada a auto incriminarse. La integración de la Carpeta de Investigación que tiene en la cárcel a Francisca y la vinculación a proceso se debió a una confesión sacada bajo tortura. Es un relato inverosímil”.

19/IM/LGL

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