El Comité para la Defensa de los Recursos Naturales del Xinantecatl y Río Temascaltepec se manifestó contra cualquier nuevo intento de desalojo de sus tierras para levantar en ellas un Centro Internacional de Esquí.
Los habitantes del Xinantecatl, mejor conocido como Nevado de Toluca, señalaron en un comunicado de prensa que no es la primera vez que se realiza este intento. La primera vez ocurrió durante el gobierno de Carlos Hank González, en la década de los 70s.
Entonces, señalaron los representantes del Comité, Elías Sandoval Martínez y Nabor López, el gobierno «pretendió sacarnos de nuestra tierra con el argumento de entregarnos casa de interés social y empleo en la zona industrial de la ciudad de Toluca».
«Ante nuestro rechazo, la postura del gobierno se endureció y su argumento fue de carácter legal; sostenía que por ser Parque Nacional bajo el decreto de 1936 formulado por el Presidente Lázaro Cárdenas, debíamos desalojar las tierras.
«Cuando descubrimos que la intención del gobierno Carlos Hank, era la de construir un Desarrollo Inmobiliario tipo Alpes Suizos, los campesinos del lugar nos organizamos y como argumentos de defensa señalamos el valor cultural que tiene la tierra para nuestra forma de vida y …las respluciones presidenciales que nos dotan de tierras, montes y aguas».
En mayo de 1995, continúa el comunicado de prensa, «sufrimos grandes perdidas a nuestro cultivos producto de las heladas que indudablemente eran ocasionadas por los experimentos de generación de nieve que se realizaban en el Nevado de Toluca».
Dicha situación se repitió en dociembre de ese mismo año, pero en esta ocasión, puntualizan, «los experimentos de generación de nieve, eran financiados por un grupo de empresarios bajo la denominación ARFRA, quienes tenían como intención construir un Centro Internacional de Esquí, que contaría con los siguientes servicios:
– Club de Golf en 400 hectáreas
– Centro Corporativo en 40 hectáreas
– Vías Alpinas en 50 hectáreas
– Áreas de Pista de Esquí en 105 hectáreas»
A casi ocho años de aquellos hechos, señalan por último, los empresarios «no acaban de entender que nuestras tierras no están en venta y que nuevamente su proyecto esta condenado al fracaso».