Entre los temas a debate en el segundo Foro Social Mundial, que iniciará el próximo 31 de enero en Porto Alegre, Brasil, figura el derecho a la comunicación como demanda social fundamental para la concreción de «otro mundo posible».
El reconocimiento del derecho a la comunicación como derecho humano fundamental, no es una propuesta nueva pero ha adquirido un nuevo sentido y urgencia ante los recientes cambios en la sociedad, y en el ámbito de la comunicación.
El proceso de globalización se ha acelerado y afianzado en buena medida por la comunicación y las nuevas tecnologías de información. A la par, por la importancia estratégica que ha adquirido la comunicación se ha convertido en sector de punta de la economía.
Las fusiones que tienden hacia la concentración monopólica del sector, son expresión de grandes y cada vez más poderosos intereses económicos.
Bajo este modelo, la información se ha convertido en una mercancía más en busca de compradores, por lo que el sentido de servicio público de la comunicación se está perdiendo. Para las empresas del ramo ya no contamos como ciudadanía, sino solamente en calidad de consumidores.
En este marco, las nuevas tecnologías de información y comunicación –y sobre todo la Internet– se presentan como un factor de cambio inevitable y unidireccional, al cual la sociedad debe adaptarse para progresar. Se dice que la tecnología rige el cambio de la sociedad. No se nos plantea, siquiera, la posibilidad de que la sociedad pueda opinar e influenciar el rumbo del desarrollo de la tecnología.
Frente a esta situación y con miras a la Cumbre Mundial de la Sociedad de Información (Ginebra, 2003), se lanzará en Porto Alegre la Campaña Mundial por el Derecho a la Comunicación en la Sociedad de Información (CRIS, por sus siglas en inglés), cuyo propósito es abrir un amplio debate en la sociedad sobre el sentido y porvenir de la «Sociedad de la Información».
La campaña propone una visión de la Sociedad de la Información «fundada en el Derecho a la Comunicación, como medio para afianzar los derechos humanos y fortalecer la vida social, económica y cultural de la gente y las comunidades. La sociedad de la información que nos motiva está basada en principios de transparencia, diversidad, participación, así como justicia social y económica, e inspirada por una perspectiva equitativa de género, cultura y religión».
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