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Desacato, desorden y desaseo

Por Marta Guerrero González

En los usos y costumbres políticos de antaño nadie se salía del guión y mucho menos para atacar al gobierno al que pertenecía. Este es el caso del fragante Secretario de Energía, quien sin distingo nos avisó «Hay corrupción en la Cámara de Diputados y en todas partes del Gobierno» Probablemente tenga razón, aunque el tema lo debería de tratar con el Presidente Fox, o en su defecto con el Secretario de la Función Pública. No hemos de tardar en recibir su renuncia por motivos de jubilación, como sucedió con Gertz Manero, y de hacerse efectiva con este otro personaje de reemplazo, quienes lo celebrarán en grande serán los propios petroleros y PEMEX, naturalmente.

Con los partidos políticos sucede algo parecido, ahí tenemos Tlaxcala, la esposa del gobernador, la senadora Mari Carmen Ramírez, gana la elección interna de su partido PRD para ser candidata a la gubernatura de su Estado, pero el partido no hablaba en serio cuando dijo sí, porque pensó que la mujer no la ganaría. Lo malo fue que se rajaron frente al honorable público, y ahora la senadora, objeto de muchas descalificaciones, en su mayoría ganadas a título conyugal, contenderá llevando consigo muchos votos en contra del nepotismo y, también, votos apoyando sus derechos. El marido quiso abdicar a su favor, es decir, a beneficio de la imparcialidad de la contienda y la salud de los recursos del Estado, pero no lo dejaron los diputados, porque su salida era caprichosa y tramposa. Ni duda cabe que la senadora y hoy, forzosa candidata, despertó la simpatía de otras esposas de mandatarios, incluyendo a la pareja presidencial. Sin embargo, el asunto no es una cuestión de género, ni de equidad o acceso a la igualdad de oportunidades, sino del más cínico nepotismo.

En cuanto al tan maneado Desacato de AMLO, es posible que su «desobediencia» no fuera tal, sino un mal gobierno, la falta de un equipo eficiente que lo apoye y de unos asesores que sirvan. Creo que el desacato ocurrió por torpeza y no por beligerancia. Es absurdo creer que el gobernante capitalino no conocía la ley y las consecuencias de violarla. Por eso dijimos hace más de un mes que el único recurso posible es el perdón. Pero nuestro peje es altivo, soberbio y disfuncional en el ejercicio de la política. En su mensaje de la entrega del informe de gobierno, le faltó explicarnos los actos de corrupción de su gobierno y lo que piensa hacer al respecto. Se le olvida que es gobierno y no oposición, el se resume a los ataques y, desde luego, a su defensa personal. La rendición de cuentas no está en su agenda.

Los distintos escenarios políticos se distinguen por el desorden, el desaseo y la ineficiencia.

2004/MG/LR/SM

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