Más pasos atrás que adelante. Es la conclusión de las organizaciones no gubernamentales tras ver cómo discurre este encuentro de líderes mundiales. Los Objetivos del Milenio han desaparecido del discurso, que vuelve a poner atención en la lucha contra el terrorismo.
Un texto de mínimos y la decepción de no haber aprovechado esta Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para concretar políticas específicas contra la pobreza, es la sensación que tanto el secretario general Kofi Annan como numerosas organizaciones sociales se llevan de este encuentro.
Los líderes mundiales han aprobado un documento que olvida los Objetivos del Milenio y que deja claro la división de opiniones entre los países que apuestan por políticas de desarrollo para hacer un mundo más equilibrado y los que consideran que la solución pasa por incrementar la lucha contra el terrorismo.
Las organizaciones no gubernamentales lamentan la escasa referencia que este documento hace a las Metas del Milenio y han afirmado que los acuerdos alcanzados «no cumplen con las expectativas», las cuales están encaminadas a erradicar la pobreza, buscar la igualdad entre los géneros, mejorar la salud materna y lograr la educación primaria universal, que favorecen a las mujeres.
«Esperábamos una evaluación sobre los progresos o los no progresos respecto a los objetivos, pero el documento finalmente no ha incluido medidas concretas que garanticen que se avanza hacia su consecución», afirma Marta Arias, representante de Intermón Oxfam en la Cumbre de la ONU.
Según esta organización, «se ha dado un paso atrás» en cuestiones como la ayuda al desarrollo y el comercio internacional, difundió hoy el portal Canal Solidario.
Una opinión similar muestra también Manos Unidas, que advierte que algunos países se han empobrecido aún más en los últimos años, en un «retroceso sin precedentes».
Uno de los pocos acuerdos bien valorados por las organizaciones en esta Cumbre ha sido la decisión de los países de mejorar la protección de civiles de genocidios y crímenes de guerra.
Esta propuesta aún debe acabar de debatirse pero, si se aportan las herramientas necesarias para llevarla a cabo, «podría suponer que tragedias como la de Ruanda no se vuelvan a producir», advierten de Intermón Oxfam.
Otra de las iniciativas que incluye el acuerdo firmado en la Cumbre es la creación de una Comisión de Construcción de la Paz y la constitución de un Consejo de Derechos Humanos que haga olvidar los defectos de la actual Comisión de Derechos Humanos.
Pero para entidades como Amnistía Internacional, la manera como se pretende crear este Consejo es «inadecuada», ya que no supondrá mejoras sustanciales respecto al actual organismo.
EL DISCURSO DE BUSH
La 60 Asamblea General de la ONU, que empezó este miércoles y concluirá mañana viernes 16 de septiembre, ha reunido a los líderes de más de 150 naciones de todo el mundo, algunos de los cuales ya han realizado sus propuestas y han anunciado la posición de sus países.
Es el caso del presidente estadounidense, George W. Bush, que en su comparecencia afirmó que «ninguna nación puede permanecer aislada e indiferente a las dificultades de otros».
En un discurso menos agresivo en las formas que en otras ocasiones, Bush defendió la necesidad de que los países trabajen conjuntamente y creen alianzas y afirmó que Estados Unidos apoyará las acciones para alcanzar los Objetivos del Milenio.
Sin embargo, la mayor parte de su discurso no cambió en esencia de su posición habitual e incidió en la relación entre pobreza, guerra y terrorismo. «Los terroristas deben saber que el mundo está unido contra ellos», añadió.
El presidente norteamericano también apostó por que los países en desarrollo accedan a la economía mundial, como medida para luchar contra la pobreza.
Estados Unidos también anunció estar dispuesto a «eliminar todas las tarifas, subsidios y otras barreras a la libre circulación de bienes y servicios si otras naciones lo hacen».
De momento, el Consejo de Seguridad de la ONU ha adoptado dos resoluciones para reforzar la lucha contra el terrorismo que, entre otros aspectos, incluye medidas como la prohibición por ley del incitamiento a cometer actos terroristas y la denegación de asilo a cualquier persona involucrada en este tipo de actos, así como más cooperación para controlar las fronteras.
PROPUESTAS DE ESPAÑA
Por su parte, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha apostado en esta Cumbre por reducir los costes de envío de remesas que hacen los emigrantes a sus países de origen, «para que no se quede tanto dinero en el camino».
Según Zapatero, las remesas suponen ya la segunda fuente más importante de capital para los países en desarrollo, por encima incluso de la Ayuda Oficial al Desarrollo.
El presidente español señaló que hasta el año 2025 aportará cada año nueve millones de euros al proyecto de la Alianza Global para Vacunas e Inmunización y anunció que a finales de noviembre empezará a desarrollarse formalmente la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones.
Rodríguez Zapatero apostó por este tipo de acciones y mostró su apoyo a la propuesta de introducir una tasa en los pasajes de avión que luego se invierta en ayuda al desarrollo.
La iniciativa ya ha sido aprobada por países como Francia y Chile, que respectivamente han anunciado que impondrán un impuesto de cinco euros en los billetes internacionales y que exigirán dos dólares a cada nacional o extranjero que salga del país.
Según estos países, con esta fórmula podría recaudarse hasta 10 mil millones de euros al año, dinero que podría invertirse en la lucha contra la tuberculosis, la malaria y el VIH/Sida.
2005/SJ
