De cara a la Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo o «Cumbre de Monterrey», organizaciones no gubernamentales (ONG) desconfían de los resultados de este encuentro, ya que las resoluciones adoptadas en cumbres anteriores no han contribuido a erradicar la pobreza y la desigualdad.
Hoy los ricos son más ricos y los pobres más pobres, después de 20 años de aplicación de las políticas de ajuste estructural y de la imposición de un modelo de globalización neoliberal.
Para las organizaciones de la sociedad civil, la convocatoria de las Naciones Unidas a la Cumbre de Monterrey no es casual, sino que está ligada a crisis económicas y los problemas de recesión mundial que se afrontan en diversos países y que han alcanzado a la economía más poderosa, Estados Unidos, después de los hechos del 11 de septiembre pasado.
A esto se añade el fuerte cuestionamiento que enfrentan el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por imponer políticas económicas, cuyo objetivo ha sido mejorar los índices macroeconómicos: la inflación, la estabilidad monetaria y fiscal, la balanza de pagos, sin tomar en cuenta los efectos sociales de las políticas económicas.
Por otro lado, la cooperación para el desarrollo que deben proporcionar los países más ricos también han entrado en crisis, al no cumplir éstos con el porcentaje establecido de 0.7 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) y desviarse de la finalidad de desarrollo, convirtiéndose más bien en políticas y programas de asistencia social dirigidas a los más pobres.
Es de resaltar el conocimiento que diversas organizaciones de la sociedad civil han adquirido sobre las multilaterales y los esfuerzos que han hecho para analizar los impactos de sus políticas económicas y abrir espacios de diálogo y debate de alto nivel y ejercer el derecho a conocer y participar de manera crítica y propositiva en las negociaciones que se llevan a cabo entre los gobiernos y los organismos multilaterales.
De ahí, que los días del 14 al 16 de marzo en Monterrey, delegados de organizaciones de México y de más de 50 países se reunirán en el Foro Global: Financiación para el Derecho al Desarrollo Sustentable con Equidad para llevar una propuesta a la cumbre a la que asistirán jefes de gobierno y Estado.
Otro de los graves problemas que enfrentan los países en desarrollo es el costo social de la deuda externa, por la que a través de los años y décadas han debido dedicar cada vez mayor porcentaje de sus ingresos y presupuestos al pago de esta obligación, sacrificando las políticas sociales, el bienestar de la población y su capital natural, que debiera ser el fin principal de sus economías.
Así, las deudas originadas por los sectores privados más ricos se han convertido en deudas públicas y terminan siendo pagadas por toda la población. Pero el problema no es solamente para los países más pobres altamente endeudados sino para otros como México, Brasil y Argentina, que tienen las deudas más grandes del continente.
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