Muchas mujeres de comunidades indígenas y de zonas suburbanas no conocen sus derechos, por lo que son víctimas de abusos, afirmó la representante del grupo Huari, Guadalupe Hernández Dimas, en el Foro «Iglesia, Política y Sociedad: Avances y desafíos de los derechos humanos de las mujeres mexicanas».
Originaria de la comunidad indígena Santa Fe de la Laguna, ubicada en la rivera del Lago de Pátzcuaro, manifestó que es triste constatar esta realidad, porque la ignorancia obliga a las mujeres a aceptar «ciegamente» la dependencia del hombre, de la familia y de la sociedad, que además las margina y las sitúa en como personas de segunda clase.
En ese sentido, Hernández Dimas consideró bueno pertenecer a grupos y organizaciones de la sociedad donde se han preocupado por la condición de las mujeres, aunque dijo hay otras que son sólo membretes.
Agregó que algunas organizaciones no gubernamentales son radicales y no aceptan la crítica o el diálogo constructivo, hay otras que son serias, razonadas, que aportan reflexiones y posturas de protesta, a la situación actual de discriminación de las mujeres.
Hernández Dimas dijo que todos estos movimientos de defensa y exigencia de los derechos ha estado acompañada y avalada por la Organización de las Naciones Unidas, mediante acuerdos y convenios internacionales, sin embargo aún prevalece la desigualdad por el desconocimiento.
Consideró que esta postura lleva a las mujeres de las zonas indígenas y marginadas a aceptar de manera incondicional su condición de pobreza y «los hijos que Dios mande», así se pasan la vida «haciendo milagros para que con pocos recursos puedan alimentar y mantener a sus familias».
En esta ignorancia se «desarrollan» y viven las mujeres, en las sombras de la cocina, elaborando los alimentos, sirviendo a los demás, obedeciendo sin replicar y sin tener espacios y ánimos para diseñar su propio proyecto de vida, agregó la activista.
Hernández Dimas sostuvo que es necesario quitar la mala imagen de que la mujer al entrar y exigir sus derechos en la sociedad desprecia y bloquea al hombre, se trata de reivindicar a las mujeres y ayudar a construir nuestros proyectos personales.
2005/CE/SJ
