El narcotráfico es el nuevo pretexto mediante el cual las autoridades y los medios de comunicación pretenden desdibujar el feminicidio y envían con ello el mensaje político y mediático, de que ellas son culpables de que las maten por involucrarse con los delincuentes.
Sin embargo, en Chihuahua los asesinatos de mujeres siguen en la impunidad y aunque son multifactoriales, la mayoría de ellos obedece a la violencia de género y familiar, coincidieron activistas y defensoras de derechos humanos de las mujeres de esa entidad fronteriza.
En entrevista con Cimacnoticias, Luz Estela Castro Rodríguez, directora general del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres y abogada de la organización Justicia para Nuestras Hijas, Imelda Marrufo Nava, integrante de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez y Marisela Ortíz Rivera de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, coincidieron en que el feminicidio es un problema social vigente, no sólo en Juárez sino en el resto del país.
Señalaron que continúa la impunidad, y que los asesinatos contra las mujeres no van a terminar en tanto no haya un reconocimiento por parte de las autoridades de que la violencia de género existe y que continuará mientras no se apliquen las leyes.
Lo que ha pasado con esta guerra contra el crimen organizado, coincidieron, es que ahora se adjudican al narcotráfico los asesinatos de mujeres y ello representa un mensaje social de que el feminicidio está siendo erradicado y de que las víctimas mueren por su propia responsabilidad.
Según datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), aproximadamente 459 mujeres fueron asesinadas en 16 estados de la república durante el primer semestre de 2009. De ellas, 71 fueron en Chihuahua, mientras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó 23 casos, tan solo de enero a abril del mismo año en Ciudad Juárez
Marisela Ortíz, indicó que desde los años 90 en que se comenzó a documentar el feminicidio, las autoridades han buscado excusas para culpar a las mujeres de la violencia que se ejerce contra ellas, y tratan de ocultar los errores del Estado, que no ha logrado frenar la violencia de género que culmina en asesinatos.
Unos «decían que ellas se lo buscaban porque usaban ropa provocativa», otros lo ligaban a que eran trabajadoras sexuales pero siempre han querido fincar responsabilidades en las mujeres cuando el Estado es el que no les garantiza la seguridad social y económica, y eso las coloca en una situación de vulnerabilidad.
Imelda Marrufo indicó: «se olvida que el feminicidio es un fenómeno multifactorial que no solo obedece a la violencia ejercida por los cárteles de la droga». «Las organizaciones no negamos que algunas mujeres estén involucradas con el crimen organizado sin embargo, no es en todos los casos como lo quieren aparentar»
Reconoció que no se puede negar el aumento de las cifras de mujeres que ahora participan «sobre todo en la venta de drogas» pero ello es porque el Estado no ha podido garantizar un ambiente laboral propicio para que tengan un trabajo digno, y con remuneración justa, o porque sus parejas las obligan pues son mujeres que por las circunstancias sociales y culturales no están empoderadas.
VIOLENCIA CONTRA DEFENSORAS
Las entrevistadas coincidieron en que se ha tratado por todos los medios de negar que el feminicidio existe y ese es otro de los problemas al que se enfrentan las asociaciones civiles que investigan y denuncian lo contrario «pues tratan de callar nuestras voces con acoso y amenazas de muerte que en algunos casos se hacen realidad» explicó Marisela Ortíz.
En ese sentido Imelda Marrufo indicó que, en medio de la «absurda» guerra contra el narcotráfico y la ola de violencia que se vive en Juárez, no se tiene la certeza de «quién es nuestro agresor» si las fuerzas federales, las mafias o el crimen organizado.
Las activistas explicaron que con las amenazas se busca frenar su trabajo para seguir ocultando el feminicidio, sin embargo advirtieron que continuarán luchando para mantener el tema en la agenda pública a pesar de los mensajes sociales que tratan de confundir a la sociedad civil con «pretextos y justificaciones» para no aceptar la existencia de la violencia de género que culmina en la muerte, explicaron.
«No les importa que sigan asesinando mujeres y la prueba está en que no han hecho nada para cumplir la reciente sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH)», sobre el caso Campo Algodonero, sin embargo las organizaciones ya están trabajando en la realización de estrategias para dar seguimiento a ésta.
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