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Desigualdad, pan de cada día en México

Por Guadalupe Vallejo Mora

La lucha contra de la desigualdad de las niñas en todo el mundo ha sido lenta, a pesar de los compromisos asumidos a favor de los derechos humanos de la infancia, reconocieron representantes de organismos internacionales y no gubernamentales, legisladoras y académicas.

Yoriko Yasukawa, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, llamó a avanzar en la construcción de políticas públicas con equidad de género, toda vez que, dijo, se observan enormes brechas entre mujeres y niñas de una misma nación, como en el caso de Chiapas y el Distrito Federal, donde el nivel de escolaridad es de 4.8 y 9.1, respectivamente.

Expuso que en una escala de 0 a 10 en cuanto al nivel de cumplimiento de los derechos de las niñas y los niños en México, nuestro país tiene un promedio de 5.7, por lo cual opinó que falta casi la mitad del camino para lograr el bienestar de casi 38 millones y medio de infantes, de los cuales 19 millones son niñas de hasta 18 años de edad.

«Hay mínimos que todavía no se cumplen ni para las mujeres, los hombres y la infancia, como el hecho de que el 63 por ciento de niñas y niños del país sean pobres; que haya 3.3 por ciento que trabajan y 2.2 que no van a la escuela».

Y al reconocer que el progreso de los compromisos asumidos en Beijing depende de la voluntad y del esfuerzo de cada país y de la sociedad en su conjunto, dejó claro que el avance hacia la igualdad de la infancia no es ni será negociable en ninguna parte del mundo.

«Las conferencias (como Beijing) sirven para construir consensos y en ellas se busca avanzar para garantizar beneficios mínimos para todas las personas en todos los países, sin importar su raza, credo o posición económica, y éstos no deben ser negociables pues todos merecemos una vida decente», anotó.

Yasukawa participó en la Reunión de Seguimiento y Evaluación de la Implementación de la IV Conferencia de la Mujer en México, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y las Metas del Milenio en el marco de Beijing+10 en el eje de «La Niña», organizado por las comisiones Unidas de Equidad y Género, Justicia y Derechos Humanos, así como Especial de la Niñez, Adolescencia y Familia de la Cámara de Diputados.

Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión Especial de la Niñez, Adolescencia y Familias, refirió que en la discriminación que se da en contra de las niñas, los padres de familia tienen un papel vital, dado que hay quienes aún consideran que como son «mujeres» su único futuro inmediato es el hogar, a diferencia del varón, a quien sí envían a estudiar.

Dijo que nuestro país debe dejar atrás la simulación en el caso de los beneficios concretos logrados para la infancia. «Creo que al final de la jornada seguramente nos dejará la encomienda de pedir encuestas, estadísticas confiables en el país y en todas las instituciones para saber con precisión efectivamente cómo se encuentra la discriminación de las niñas por su condición de edad y género».

En su oportunidad, Diva Gastélium, presidenta de la Comisión de Equidad y Género, destacó que el abuso y violación a los derechos humanos de las niñas y los niños tiene su origen en la corrupción, instrumento fundamental que evita el poder castigar a los responsables de este tipo de ilícitos.

Ante ello, llamó a promover un marco internacional que permita combatir las redes de prostitución y pornografía que hay en todo el mundo, en donde México no es la excepción, lo que convierte a la infancia un sector muy vulnerable,

A nivel nacional, dijo que la uniformidad penal en los estados generaría procesos simples de extradición para los extranjeros que utilizan al país para cometer toda clase de ilícitos.

En el Salón Legisladores de la República de la Cámara de Diputados, Florinda Riquer Fernández, coordinadora académica de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, urgió por su parte a asegurar los mínimos de bienestar social para las y los niños, debido a que en el país la pobreza golpea seriamente a este sector de la población.

Un dato significativo es el hecho de que la pobreza «es democráticamente equitativa», ya que golpea por igual a menores de 14 años de edad, sean niñas o niños.

En materia laboral, las y los menores tienen que salir a buscar trabajo para ayudar a aliviar la carga económica de sus hogares, lo que los obliga a emplearse en el sector doméstico, en el caso de las menores, y en las calles (semáforos), en el caso de los varones.

2005/GV/GM

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