Cada año despedimos un tiempo, una época, un cúmulo de recuerdos y acontecimientos, que nos hicieron mejores, o que nos dejaron heridas. Es maravilloso el poder de renovación que nos ofrece el cambio de año, el comienzo de uno nuevo. Y así, una puede recordar varias etapas de su vida y sus haceres. A través de las coordenadas de los calendarios que se van acumulando en los viejos armarios.
En 2007, las feministas mexicanas tuvimos varias pérdidas valiosas. Itziar Lozano y Esperanza Brito de Martí quienes nos dieron, durante su vida, enormes razones para continuar en la línea de la reivindicación de los derechos de las mujeres.
En 2007, también vivimos los horrores del retroceso en México. De la entronización del autoritarismo descarado, el abuso de las fuerzas militares, de la entrega del poder civil al ejército, de la debilidad de un gobierno bajo sospecha ante poderes fácticos que lesionan la condición y la vida de las mujeres mexicanas.
Un año en que tuvimos que ser una en más de una ocasión. Para defender los derechos de Lydia Cacho, los de las 13 jóvenes violadas en Castaños Coahuila, los de las madres de Ciudad Juárez, los de las legisladoras que buscan nuevos derroteros y leyes para disminuir la violencia, los derechos de niñas y niños en peligro constante. Un año lleno de valor civil, pero, digámoslo, también de desazón y fatalidad.
Hemos tenido que contar una mil arbitrariedades que ahora sellan los dueños del dinero con la persecución a los ejidatarios de Madera, Chihuahua, acusándolos del robo de la nomina de los trabajadores de la Mina Dolores. Una voz de alarma han lanzado para evitar ahí una nueva masacre.
Y así se podrían hilar los difíciles trances en que se ha expuesto a la población mexicanas en los últimos tiempos. Las enormes dificultades para creer en palabras cada día más vacías como el diálogo y los acuerdos, que se hacen entre los integrantes del prian y nada más.
Finaliza 2007 con la renuncia de la doctora Alicia Elena Pérez Duarte, fiscal especial para atender los delitos contra las mujeres. Mal augurio éste, porque ratifica lo que hemos dicho una y mil veces en este espacio. Que no se puede ser feminista y creer en el sistema gobernado por los hombres y los partidos políticos podridos. Eso le pasó a la fiscal. Tuvo la oportunidad de ser iluminada y salir, no pudo más como ella dice en su renuncia y deja en claro cómo opera la impunidad y cómo es que seguramente la red de pederastia está impregnada de intereses de políticos, autoridades y empresarios.
Y aquí en Palabra de Antígona también se cierra una etapa. Es la última columna de 2007 y la última que será distribuida por Cimacnoticias. Tomamos un retiro necesario y voluntario. Renovarse es divisa fundamental para toda persona, abrir sus expectativas, volver a soñar, reconstruir esperanzas y principios, todo eso nos lleva a cambios y decisiones.
Despedirse no es sencillo, pero es íntegro y beneficioso. Es como zambullirse de nuevas esencias y lluvias, como introducir tu nariz y tu olfato en otras realidades, es cortar para evitar que algo se malogre, es como podar una planta para que renazca.
Agradezco cumplidamente a todas las lectoras y a todos los lectores. A la directiva de Cimacnoticias que acogió mis escritos cuando menos hace 18 meses, sin falta. Agradezco sus palabras de aliento, que no fueron pocas, y desde luego su paciencia por los no pocos exabruptos por tanta impunidad, ilegalidad, injusticia, como sucede en México.
Gracias y abur…
* Periodista y feminista mexicana, fue reportera en los periódicos El Día, unomásuno, La Jornada y directora del suplemento Doble Jornada, directora fundadora de Comunicación e Información de la Mujer, AC (CIMAC).
07/SLL/CV
