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Despidos por embarazos, política de contratistas de PEMEX

Por Miriam Ruiz

En las plataformas petroleras del Golfo de México, la empresa Cotemar y sus firmas contratistas de Petróleos Mexicanos (PEMEX) han despedido paulatinamente de las operaciones marinas a las mujeres, el caso más reciente es la salida de 15 trabajadoras presionadas a renunciar desde julio del 2001 a la fecha y cinco de ellas por casos de embarazo.

El caso más reciente de despido es el de la bióloga marina Dulce Reyna Vargas Lugo quien fungió como supervisora de calidad de los Servicios Habitacionales en la Sonda de Campeche hasta febrero pasado, cuando al iniciar su licencia de maternidad le pidieron firmar su renuncia.

Dulce Reyna Vargas fue contratada en junio del 2002 en la empresa Apoyo Logístico Marino S.A. de C.V., firma de Cotemar, a bordo de las plataformas semisumergibles habitacionales que garantizan alojamiento y alimentación a quienes realizan sus labores en mar abierto.

La vida en las plataformas tradicionalmente ha sido un terreno masculino. De hecho, suelen no contar con alojamiento especial para mujeres y la mayor parte de quienes han llegado ahí a laborar son enfermeras o nutriólogas.

Para salvar las dificultades, las empresas contratistas de PEMEX optan por contravenir la legislación nacional e internacional vigente sobre no discriminación y protección a la maternidad, al despedir a 15 empleadas, nueve de ellas del 2003 a la fecha.

Cotemar S.A. de C.V ha despedido –o presionado a renunciar—en cuatro años a tres supervisoras de calidad, dos asistentes de la superintendencia de alimentación y hospedaje, dos administradoras ISO/IMS en el área de alimentación y hospedaje y una en el área de plataformas. Al tiempo que la contratación de mujeres en esas áreas ha sido virtualmente suspendida.

La empresa argumenta que ellas deciden renunciar, especialmente cuando se embarazan, o que son conflictivas. Únicamente Dulce Reyna se atrevió a demandar, casi todas temen perder ante la fuerza de una gran firma y prefieren guardar silencio.

El caso de Dulce Reyna ilustra los manejos de Cotemar S.A. de C.V: Ella notificó a su jefa Selene Covarrubias, sobre sus cinco semanas de gestación y llegaron a un acuerdo para continuar sus labores en tierra, dado que las leyes prohíben que las embarazadas trabajen a bordo de plataformas marinas por considerarse una labor peligrosa.

Selene Covarrubias defendió el acuerdo con Dulce, por lo menos durante el embarazo, frente a un supervisor de PEMEX, Marcela del Angel Lugo, pero en noviembre también ella fue despedida y en su lugar quedó el capitán Edmundo Ham. Entonces le dijo que la apoyaría, e incluso se habló de un nuevo nombramiento.

Sin embargo, cuando Dulce Vargas iba en carretera rumbo a Huauchinango, Puebla, donde reside, para iniciar su licencia materna en compañía de su familia, recibió una llamada de Edmundo Ham para que regresara a firmar una carta donde ella solicitaba no se le diera de baja durante la incapacidad, algo innecesario bajo las leyes mexicanas.

Le enviaron el supuesto documento por correo, que en realidad se trata de una carta, sin membrete y de la cual Cimacnoticias posee una copia, donde Dulce Vargas renuncia ante David Colín Toro, gerente de operación de Contratos de Cotemar.

«Debido a mi estado actual de gravidez y a lo inconveniente que representa para mí continuar laborando como supervisor de calidad a bordo de la palataforma Semisumergible JASMINIA; le solicito de la manera más atenta mi finiquito al término de mi incapacidad por parte del IMSS la cual comienza a partir del 12 de febrero del presente año con una duración aproximada de tres meses,» asienta el documento que Dulce Vargas no firmó.

Por el contrario, tuvo a su bebé, mismo que dejó al cuidado de su madre en Huauchinango dado que ella y su esposo laboran en plataformas, para viajar a Ciudad del Carmen y reincorporarse a sus labores. Encontró su puesto ocupado por un varón.

David Colín del Toro le explicó primero que ese puesto requería de personal masculino –aunque ella estuviera allí desde el 2002 y amenazó: ella lo tenía todo en contra por ser mujer y tener un hijo, tener un familiar en PEMEX y un marido trabajando en la misma empresa.

Ante la presión ejercida hacia ella y su esposo, Vargas Lugo aceptó la renuncia bajo la condición de una carta de recomendación y liquidación de acuerdo a la ley. La empresa le dijo que ya la habían apoyado con tres meses de licencia –pese a que esa es una prestación de ley, pagada por las cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A diferencia de la mayoría de las trabajadoras despedidas por embarazo, Dulce Vargas decidió demandar como consta en el expediente 1712004 radicado en la Junta 7 Especial de Conciliación y Arbitraje en la ciudad de México.

También buscó el apoyo del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) que hoy circula un llamado urgente hacia la sociedad civil para que se denuncie a Cotemar como discriminatoria «ya que no respeta las posibilidades de desarrollo de las mujeres en las mismas condiciones que a un hombre.»

DE ESPALDAS A LA LEY

De acuerdo con la legislación vigente, Cotemar –solapada por PEMEX—viola los artículos cuatro, quinto y 123 de la Constitución mexicana que reconocen el derecho de igualdad entre hombres y mujeres, derecho a un empleo digno, a la protección del embarazo y a una indemnización en caso de despido injustificado.

Asimismo violenta la Convención para la Eliminación de Todas la Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) por sus siglas en inglés, en particular el artículo 11.2 inciso A que llama a los estados firmantes, incluyendo México a «Prohibir, bajo pena de sanciones, el despido por motivo de embarazo o licencia de maternidad y la discriminación en los despidos sobre la base de estado civil.»

Yaucalli Mancillas, integrante del Cereal, explicó que la historia laboral de las mexicanas en las plataformas petroleras es incipiente. Antes, PEMEX se limitaba a subir a enfermeras a las plataformas y posteriormente a ingenieras y otras trabajadoras administrativas.

Indicó a Cimacnoticias que el caso de Dulce Vargas no es el primero en evidenciar las violaciones a derechos humanos laborales en las que a menudo incurren las empresas subcontratadas por PEMEX, pero es el primero en evidenciar la discriminación por género.

Ante esta situación y apostando a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación hace un llamado a la directora general de Equidad y Género de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, María Osiris Reyes Córdoba, así como a la directora del área de Equidad y Desarrollo Laboral para la Mujer, Noemí Jiménez, a tomar cartas en el asunto.

María Osiris Reyes, durante su gestión este sexenio ha sostenido que las pruebas de no gravidez y el acoso sexual son barreras que las mexicanas enfrentan en el trabajo y que es necesario acabar con los despidos por embarazo.

Al cierre de la edición, Noemí Jiménez analiza el caso, dijo a Cimacnoticias.

En el mismo sentido, se hizo un llamado a la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Patricia Espinosa Torres y a su homóloga en el Instituto de la Mujer en Campeche, Laura Baqueiro Ramos.

Mientras tanto los ex empleadores de Dulce Vargas no bajan la guardia. El jueves pasado durante una audiencia en la Junta No. 7, los abogados de Cotemar intentaron presionar a la bióloga para aceptar una liquidación menor a la que le corresponde asegurando que la pueden demandar por sus engaños.

2004/MR/LR

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