Inicio Después de Mitch, la frontera sur enfrenta a Stan

Después de Mitch, la frontera sur enfrenta a Stan

Por la Redacción

A siete años de las últimas inundaciones provocadas por el huracán Mitch, la historia se repite, pero con intensidad mayor. En Chiapas se viven nuevamente momentos de caos, angustia y desesperación por el paso de Stan. Los daños causados por el poder destructor de Stan en la zona costera, la sierra y la región fronteriza de Chiapas son tres veces mayores que los ocasionados por Mitch en el año 1998, a decir de algunos pobladores de la región.

Aún no existe una evaluación realista sobre la situación de la zona devastada ni sobre las pérdidas humanas y materiales; sólo datos aislados que no representan aún la realidad de lo que está viviendo y sufriendo la población de las zonas afectadas.

Al día 9 de octubre, Protección Civil reportó 41 municipios en declaratoria de emergencia; 503 comunidades afectadas; 352 refugios temporales activos y 65 mil 859 personas instaladas en refugios temporales.

Sólo en el municipio de Tapachula y sus comunidades, datos presentados de manera preliminar por las autoridades municipales señalan que 45 por ciento de la línea de abastecimiento de agua potable está dañada. Asimismo, hay 60 por ciento de daños en infraestructura urbana y 80 por ciento de daños en drenajes.

De 500 inmuebles educativos, 40 por ciento presenta daños. Las clases están suspendidas y el material educativo de 200 escuelas presenta daños al 100 por ciento. En obras públicas, las vialidades están destruidas al 80 por ciento, y los puentes, al 95 por ciento; de hecho, existen cinco puentes colapsados. El alumbrado público está dañado en 75 por ciento; la electricidad, en 30 por ciento; la agricultura, en 80 por ciento; la ganadería, en 90 por ciento, y la pesca, en 100 por ciento.

En salud, se sabe que en la ciudad de Tapachula se dañó la infraestructura del Hospital General de segundo nivel número 1, el más importante en la zona.

Existen aproximadamente 50 albergues establecidos en Tapachula para brindar alojamiento a la población afectada. Aún se desconoce el número total de albergues establecidos en todo el Estado. La población migrante de la zona ha pasado a formar parte del grupo de damnificados por las lluvias y convive en los albergues.

Las pérdidas humanas tampoco se han podido contabilizar objetivamente. Las autoridades contaron hasta el día 13 de octubre 29 muertes certificadas por el Ministerio Público y autoridades municipales en todo el estado; sin embargo, por la magnitud del desastre y la falta de medidas de prevención, este Centro considera que se minimiza la gravedad de la situación, pues no se han tomado en cuenta las desapariciones de personas que no se pueden atender por carencia de personal, ya que la prioridad hasta este momento ha sido documentar a los fallecidos que han encontrado las autoridades. Se trata de personas muertas documentadas o reconocidas por sus familiares; las personas sin documentos y no identificados -según información extraoficial- podrían estar siendo sepultadas en fosas comunes sin pasar a las estadísticas.

Según datos oficiales, la población en el municipio de Tapachula oscila entre los 270 mil y los 450 mil habitantes sin considerar a la población flotante que transita en la localidad por ser una zona fronteriza. Considerando esto, la población podría ser realmente de hasta 600 mil habitantes. Se considera de manera preliminar que el 60 por ciento de esta población fue afectado. Al 7 de octubre se pensaba que de cerca de 250 colonias que integran la ciudad de Tapachula, 82 resultaron afectadas; de éstas, 12 desaparecieron y el resto sufrió daños en un 30, 40y 50 por ciento.

Tomando en cuenta la población flotante, que comprende el flujo migratorio en la zona, resultan importantes los daños a las vialidades, como la destrucción del puente internacional que une México y Guatemala por Ciudad Hidalgo-Tecun Uman; la destrucción del puente ferroviario y carretero que comunica a Tapachula con el resto del país, así como la destrucción de parte de las oficinas de migración instaladas en la frontera Hidalgo, en México, con Tecun-Uman en Guatemala.

Si consideramos que la devastación ha provocado al 60 por ciento del daño en todo el municipio, la situación provocará la migración de los pobladores de estas zonas hacia la cabecera municipal de mayor importancia: Tapachula, Tuxtla Gutiérrez, etc. Puede preverse incluso que se agudice la ya grave situación social y económica por la falta de oportunidades de empleo, la carencia y el encarecimiento de la vivienda y la presencia de brotes epidémicos.


Ante la falta de acceso de información y de coordinación entre las tres instancias de gobierno -municipal, estatal y federal- se requiere que las autoridades establezcan puentes de coordinación eficaces y efectivos para rescatar y proveer de alimentos a la población de comunidades que se encuentra aisladas y sin alimentos, y para hacer una evaluación continua de las necesidades urgentes y emergentes, así como de los recursos con que cuenta el Estado mexicano para enfrentar la tragedia, organizar los apoyos nacionales y acceder a otros recursos internacionales.

Hace falta bajar la cortina de humo que impide ver hasta el momento datos oficiales creíbles sobre la devastación material y humana que provocó Stan en la zona serrana, costera y fronteriza de Chiapas.

* Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, AC.

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