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Destacada ex atleta defiende los derechos de mujeres deportistas

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Charlotte Bradley fue atleta y fondista durante 27 años. Nació y vive en el Distrito Federal. Por la situación social que se vivía en el país tras los acontecimientos de 1968, ella decidió estudiar Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
 
Hoy, con 62 años de edad, es académica en la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas (DGADyR) de la UNAM.
 
Su experiencia en el deporte la llevó a interesarse por temas de mujeres en este ámbito desde una perspectiva de género, así que fundó Deporte, Mujer y Salud A.C. (Demusa), una organización que defiende los derechos de las niñas y las mujeres en el ámbito deportivo, y lo hace mediante la publicación de casos de violencia, hostigamiento y acoso sexual contra ellas.
 
También ha publicado artículos y libros sobre el tema de mujeres y deporte; el más representativo: “Deporte y recreación de la mujer en México”, publicado en 1995.
 
En entrevista, Charlotte Bradley considera al atletismo como una parte importante en la vida de cada persona que lo practica, y lo define como un movimiento que se hace para la sobrevivencia natural del ser humano, ya que, a diferencia de otros deportes, es una disciplina que se puede practicar después de los 30 años de edad.
 
El deporte ha estado presente en la vida de Charlotte desde que era niña, pues su madre era capitana de un equipo de basquetbol, mientras que su padre destacó como corredor en torneos en las fuerzas militares de la Segunda Guerra Mundial.
 
Recuerda que su papá se sentaba con ella a ver los Juegos Olímpicos por televisión, y que al observar a las mujeres deportistas compitiendo le latía el corazón de la emoción.
 
Su educación primaria la realizó en Estados Unidos, en colegios donde hacían torneos que alimentaron su entusiasmo por el deporte. Practicó volibol, basquetbol, gimnasia, ballet y natación, sin saber que sus habilidades la llevarían al atletismo de forma definitiva.
 
INSPIRACIÓN Y DEPORTE
 
“Normalmente tenía que tomar el camión en Sevilla y bajarme después del Metro Insurgentes, donde estaba mi secundaria; tenía que correr como cinco cuadras para tomar un camión; entonces me ahorraba el dinero y mejor me las echaba corriendo un kilómetro y medio diario, porque no es que quisiera, se me hacía tarde siempre. Como yo corría tanto… no me había dado cuenta, pero mis pies ya estaban hechos para correr”, cuenta Bradley.
 
Charlotte recuerda que la principal inspiración que tuvo como deportista durante la preparatoria fue su entrenadora, Esther Villalobo, quien la hizo enamorarse de las pistas de atletismo.
 
La inclinación fue tal que decidió entrar a las carreras de fondo y en 1968 participó en una competencia nacional juvenil, en Xalapa, Veracruz.
 
“Era la primera vez que me dejaban salir de mi casa; iba a un nacional y con todo el equipo, fue una experiencia inolvidable; vivir un ambiente de compañerismo sano y deportivo que los entrenadores fomentaban; nos trataban como seres humanos, como estudiantes y luego como deportistas”.
 
Al terminar la preparatoria, a los 18 años de edad, Charlotte se alejó temporalmente del deporte, ya que se casó y presentó un embarazo.
 
 “Mi esposo y yo teníamos trabajo de medio tiempo, porque él era del equipo de atletismo. Entonces, queríamos seguir entrenando, estudiando y al mismo tiempo manteniendo la casa; no estaba tan fácil, pero sobrevivíamos como podíamos”.
 
Esta jornada extenuante la condujo a buscar una oportunidad en el Comité Olímpico Mexicano (COM) y regresar al deporte. “Ya estaba yo casada con mi esposo y mi niña y dije: ‘necesito jugármela’, y fui al Comité Olímpico”, relata.
 
LA MEJOR ATLETA
 
Charlotte continuó esforzándose para llegar a su meta: los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, y obtuvo distintos reconocimientos nacionales e internacionales.
 
“Era la mejor atleta que había en ese tiempo y me nombraron la mejor del siglo… porque fui la primera que llegó a participar a nivel internacional con triunfos a nivel mundial, y obtuve el octavo lugar a nivel mundial”.
 
Después de concluir su trayectoria como corredora de fondo, la primera dificultad a la que se enfrentó fue la falta de trabajo por cuestiones de género: “Muchas broncas para conseguir empleo, porque aunque tuviera dos carreras profesionales, el medio de administración pública del deporte es muy machista”.
 
Finalmente Bradley logró entrar a la Villa Olímpica como entrenadora del Grupo Atlético Villa Olímpica (GAVO). “Ahí formé otra familia muy padre y con muchos recuerdos de ese lugar; había grupos infantiles, juveniles, de alto rendimiento y de veteranos; todos formábamos una familia. Fue la mejor etapa de mi vida”, rememora.
 
Al mismo tiempo se desempeñó como encargada del Contingente del Distrito Federal que iba a la Olimpiada Juvenil, y promotora y administradora del Deportivo Azcapotzalco.
 
Al concluir su labor en la administración pública, Charlotte se enfocó aún más en brindar una verdadera calidad de entrenamiento a sus alumnos del GAVO. Para ello, compro un taxi que, además de ayudarle a solventar sus gastos, le servía para llevarlos a sus entrenamientos.
 
“Yo los quería llevar a entrenar donde me habían llevado a entrenar a mí, al Nevado de Toluca, al Desierto de los Leones, al Pico del Águila, a los Arenales. Dije: ‘¿pus cómo le hago si no hay presupuesto?, pues en mi taxi’”.
 
En 1995 y tras la Primera Conferencia sobre la Mujer y el Deporte, en Brighton, Inglaterra, Charlotte Bradley fundó Demusa con el fin de mejorar las condiciones de niñas y mujeres en el deporte. Pero la organización tuvo que suspender por un tiempo sus actividades por la falta de recursos económicos.
 
Además de salvar su fundación Demusa junto con otras colegas deportistas, otro plan que tiene la ex atleta es buscar financiamiento para la publicación de un libro sobre los abusos en el deporte –físicos, psicológicos y morales– que afrontan las mujeres.
 
Ahora que es investigadora del tema y académica en la DGADyR de la UNAM, Charlotte Bradley remarca que hay que tomar acciones para mejorar las condiciones de las deportistas.
 
*Texto publicado originalmente en el blog https://lasmujereseneldeportemexicano.wordpress.com/, asesorado por la maestra Roxana Foladori, de la Licenciatura en Comunicación Social de la UAM-Xochimilco, como parte del proyecto terminal de investigación en el área “Producción discursiva sobre sexualidad y género: cuerpo, identidades, regulación y ciudadanía”.
 
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