Comerciantes de centros de masajes y otros lugares nocturnos de Panamá, estarían traficando con mujeres de distintos países latinoamericanos para destinarlas a la prostitución.
De hecho, la Dirección de Migración de ese país ya solicitó al Ministerio Público iniciar averiguaciones penales contra varios de estos comerciantes panameños.
El subdirector del organismo, Javier Tapia, informó sobre un caso ya detectado durante la semana pasada, concretamente en un centro de masajes, donde se descubrieron a 17 ciudadanas colombianas que están en el país en calidad de turistas, y a tres s dominicanas que poseían cédulas nacionales las cuales obtuvieron, según admitieron, a través de matrimonios por conveniencia. Todas ellas estaban en el negocio de la prostitución.
Más aún, se habrían detenido a cuatro ciudadanos dominicanos que, con visas de turista, fueron encontrados en compañía de igual número de adolescentes panameñas, al parecer también dedicadas a la prostitución, de acuerdo con información de Mujereshoy.
El funcionario de Migración, señaló que se está infringiendo abiertamente la Ley 16 del 20 de marzo de este año, que prohíbe de forma expresa el tráfico de personas para el comercio sexual.
«Vamos a continuar con estos operativos, pues no permitiremos que prácticas como estas sigan ocurriendo en el país. Al mismo tiempo, tenemos previsto intensificar nuestra presencia en varios centros comerciales, donde son contratados ciudadanos extranjeros que no tienen permiso para trabajar en el país», advirtió.
Cada año, cuatro millones de mujeres y niñas entran en el fenómeno conocido antaño como «tráfico de blancas» y que no es otra cosa que tráfico sexual. Su perfil suele corresponder con el de una joven de 19 a 25 años con estudios primarios o secundario interrumpidos.
Según Naciones Unidas, el tráfico de personas es el tercer negocio más lucrativo del mundo después del tráfico de armas y el de drogas. Nada menos que con 12 mil millones de dólares al año.
2004/GV/SM
