Auto de formal prisión dictó un juez el pasado 21 de mayo, a cuatro de cinco policías detenidos en el penal de Cerro Hueco, Chiapas, por agresiones al corresponsal de esta agencia de noticias, Manuel de la Cruz.
En libertad bajo caución y sujeto a investigaciones quedó el comandante Enrique Ángel Ocaña. El expediente sigue abierto, así como la promesa de la Procuraduría estatal de que habrá más detenidos.
No obstante, el auto de formal prisión dictado por el juez desde la siete de la noche del viernes, hay al menos, 20 personas más que participaron en las agresiones y que quedaron fuera del alcance de la justicia.
En entrevista vía telefónica, Manuel de la Cruz dijo no sentirse satisfecho con el desarrollo de las investigaciones, toda vez que aún falta por detener a más cómplices de los hechos. Explicó que una vez que el juez dictó el auto de formal prisión, inicia el proceso para hallarlos culpables o declararlos libres. «Eso puede tardar de ocho meses a un año».
De la Cruz también colaborador de W Radio, fue interceptado por policías de Tuxtla Gutiérrez la madrugada del pasado 13 de mayo, quienes lo secuestraron, golpearon y vejaron, según consta en la queja 135/SSPTIPM/VST/04.
Un día después se presentó a las oficinas de la Procuraduría en la entidad para hacer la ampliación de su declaración y ratificar lo dicho; por la tarde fueron trasladados al penal de Cerro Hueco, los policías que participaron en las agresiones.
De la Cruz ha recibido el apoyo de organizaciones defensoras de periodistas –como el Comité para la Protección de Periodistas de América Latina, con sede en Nueva York–, y de los derechos humanos, incluso de compañeros reporteros.
El miércoles 19 de mayo, un grupo de reporteros exigió a la alcaldesa de Tuxtla Gutiérrez, Victoria Rincón Carrillo, la destitución de Cipriano Villegas Apodaca, director de Seguridad Pública Municipal y de su operativo Miguel Villatoro por los hechos; sin embargo ella pidió tiempo para ver el resultado de las investigaciones. Ambos siguen en sus puestos.
De la Cruz ya había sido objeto de agresiones en 2000, cuando fue atacado en Tapachula, como resultado del trabajo realizado en temas de narcotráfico y tráfico de indocumentados.
A pregunta expresa sobre si ha pensado en dejar su labor de reportero, por las agresiones de que ha sido objeto, aseguró: «No. Este es mi trabajo denunciar e investigar lo más apegado a la verdad, aunque a algunos no les guste».
2004/BJ/GV/SM