Las elecciones del pasado seis de julio evidenciaron la discrecionalidad del gobierno con la Iglesia Católica, afirmó este día el sociólogo Bernardo Barranco, durante su participación en la Reunión Temática sobre Derechos Humanos y Tolerancia Religiosa.
Al analizar la participación de la Iglesia Católica en el proceso electoral, el también economista dijo que no se puede aislar lo religioso de lo social y lo político ya que lo político puede verse influenciado por la ética religiosa.
Para el experto, la complicidad, los privilegios, la condescendencia y los pactos de las cúpulas, son prácticas comunes entre las autoridades gubernamentales y la jerarquía de la Iglesia Católica, que durante años han predominado en nuestro país.
Consideró que la iglesia sí intervino en el proceso electoral y sí incidió en la forma en que votó la población, por lo que los partidos políticos se sintieron agredidos por las opiniones y acciones de los jerarcas católicos.
Aunque reconoció que la intolerancia hacia temas como el aborto, la diversidad sexual o la eutanasia provinieron de las esferas eclesiásticas, también reconoció que estos temas han sido monopolizados por otros organismos de la sociedad civil, en su mayoría de ultraderecha como Provida.
Barranco explicó que en el fondo, el debate sobre los temas que propusieron partidos como México Posible es cultural entre una sociedad que cada vez pierde más las creencias y sentimientos religiosos y que está en una constante búsqueda de identidades propias, y una institución como lo es la iglesia católica que trata de rescatar esos valores.
Finalmente, el sociólogo indicó que este tipo de foros como el que se realiza este día en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal son importantes para crear una verdadera cultura de tolerancia real y de respeto a los derechos humanos.
2003/LGL/MEL
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