La disminución del presupuesto en el sector salud aumenta los problemas a las mujeres pobres, que no solamente son afectadas por una merma en la cobertura y calidad de los servicios, sino que además tienen que suplir con su trabajo en la familia y la comunidad las deficiencias generadas por la reducción de recursos en ese sector.
Así lo manifestó la socióloga y representante del grupo Género y Economía, Rosa Guillén, quien opinó que la escasa asignación de recursos al gasto social en el presupuesto 2003 expresa una subvaloración por parte del gobierno de los recursos humanos del país.
Guillén consideró que el anunciado aumento de uno por ciento en el gasto social no permitirá enfrentar las múltiples necesidades de los sectores más postergados del país, en especial de las mujeres.
«Se habla mucho de generar oportunidades, pero la frustración de las mujeres que viven en la pobreza es ver cómo esas oportunidades pasan por su lado sin poderlas tomar», indicó.
Agregó que en lugar de mejorar la recaudación de ingresos fiscales a través de una política tributaria más eficiente, el gobierno descarga los problemas sociales generados de la escasez de recursos en los hombros de las mujeres.
«Las políticas sociales deben orientarse precisamente a formar recursos humanos como capital para el futuro, pero lo que se está haciendo es lo contrario, anular a niñas y mujeres que seguirán reproduciendo la pobreza», puntualizó.
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