A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirme que «hombres y mujeres están infectadas al mismo ritmo» del virus de influenza AH1N1, en México la mayoría de los fallecidos a causa de este mal son mujeres debido a la disparidad de acceso a los servicios de salud, considera la especialista Carmen Soler Claudín.
Durante un seguimiento realizado por este medio, de acuerdo con las cifras oficiales, se detectó que al 29 de abril, de 42 personas fallecidas, el 57.1 por ciento fueron mujeres. Para el 7 de mayo, disminuyó hasta el 49.5 por ciento; pero al día siguiente, 8 de mayo, volvió a dispararse la cifra hasta «el 58 por ciento», tal como lo señaló el propio titular de la Secretaría de Salud, José Ángel Córdova Villalobos.
Al respecto, la especialista del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIB-UNAM), Carmen Soler Claudín, señaló que aunque hasta el momento la diferencia no es muy significativa, «sí parece haber un poco más de casos de mujeres fallecidas en nuestro país».
«No hay ninguna causa biológica, médica, demostrada de mayor afectación de las mujeres (con este virus), pero lo que me puedo imaginar es que hay una disparidad de acceso a servicios de salud que tienen las mujeres», dice.
Y como en nuestra sociedad hay una tendencia a que las mujeres cuiden, atiendan, a sus familiares directos e indirectos enfermos, es la última en tomarse en consideración ella misma.
«Así, al no acudir en una etapa temprana de la infección, ocasionó que los antivirales contra la influenza ya no fueran tan efectivos, complicando su estado de salud y, por lo tanto, que los fallecimientos aumentaran. Es la única explicación que veo hasta ahorita», consideró la investigadora en medicina genómica y toxicología ambiental.
Carmen Soler Claudín insistió en que «lo que falta es acceso a los servicios de salud».
Y refirió su experiencia como directora del Programa de VIH/SIDA del Gobierno del Distrito Federal en la Clínica Condesa: «De hecho, en los primeros dos años (2001 y 2002) tuvimos montones de mujeres. Y me preguntaba ¿cambió la epidemiología? No. Lo que pasaba es que antes no tenían dónde las atendieran».
Después, gracias al acceso a los servicios de salud sin cobro, la incidencia retornó a los valores normales que tenemos reportados, concluyó Soler Claudín.
09/GGL/GG
