El argentino Adolfo Pérez Esquivel dijo hoy aquí que si los mandatarios George Bush y Tony Blair son premiados con el Nóbel de la Paz está dispuesto a renunciar a su distinción por considerar que «sería una desgracia para la humanidad».
El Nóbel de la Paz 1980 dijo a periodistas en conferencia de prensa que la nominación de ambos presidentes «sería una desgracia para la humanidad. Y esperemos que no se los den nunca» y afirmó categórico «si lo hacen yo renuncio al Premio Nóbel de la Paz –1980-«.
El argentino participó ante cientos de indígenas y representantes de organismos no gubernamentales de más de 20 países de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos en la clausura del Primer Encuentro Hemisférico Frente a la Militarización en la ciudad chiapaneca de San Cristóbal de las Casas.
El año pasado, Bush y Blair fueron nominados para obtener el Premio Nóbel de la Paz por su lucha contra el terrorismo y sus esfuerzos para promover la paz mundial, pero no ganaron.
En su opinión, el presidente de Estados Unidos, George Bush, el primer ministro británico, Tony Blair, y el jefe del gobierno español, José María Aznar, quienes participaron en la destrucción de Irak y Afganistán con el pretexto de liberar a ambos pueblos de dictadores con armas de destrucción masiva deben ser juzgados en la Corte Penal Internacional.
Pérez hizo un llamamiento a la Organización de Naciones Unidas ONU para que en la Corte Penal Internacional Bush y Blair sean juzgados por crímenes de guerra, de lesa humanidad así como de abusar de los derechos humanos de miles de inocentes.
Dijo que «la petición a la ONU fue hecha en los días de la guerra contra Irak pero aún no tengo respuesta».
En su ponencia el Premio Nóbel dijo que la sociedad civil de todo el mundo debe impedir que Estados Unidos y sus aliados ataquen a otros países con el pretexto de las guerras preventivas.
En ese sentido también hizo un llamamiento a los pueblos de Latinoamérica y Europa a apoyar a Cuba para detener cualquier posible ataque de Estados Unidos ante sus constantes amenazas.
Sin embargo dijo que como pacifista apoya a Cuba y a su pueblo de todas las amenazas del imperio, pero rechaza la pena de muerte no sólo en la isla sino en Estados Unidos y cualquier otro país del mundo.
Sobre el conflicto armado chiapaneco y la militarización en comunidades indígenas simpatizantes del guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), dijo que es preocupante «porque el Gobierno mexicano debe ser respetuoso de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar».
Además que el Gobierno debe respetar la autonomía de los pueblos indígenas de México y hacer que las fuerzas armadas estén al servicio del pueblo y no en su contra como sucede en Chiapas.
2003/MC/MEL
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