Si bien el Caribe es el destino turístico más popular para los habitantes de los países desarrollados, también es la región del mundo más afectada por el VIH/Sida después de Africa Subsahariana.
De acuerdo con Kathleen Sckozen del Instituto de Estudios Dominicanos en Nueva York, en poco más de una década República Dominicana se ha convertido en el lugar número uno para vacacionar en el Caribe. Significativamente, Onusida informó que uno de cada 40 adultos en esa nación caribeña vive con VIH/Sida.
En 1998 se comprobó que en República Dominicana las infecciones por VIH en las personas de 15 a 19 años eran 3.5 veces más altas en mujeres que en hombres.
Puerto Plata, el destino turístico más antiguo de aquel país, ocupa el segundo lugar en infecciones por el virus del Sida, superado solamente por la capital, Santo Domingo, que tiene una población ocho veces superior de tal localidad.
Puerto Plata ocupa el sexto lugar en cantidad de población a nivel nacional, y sus tasas de infección por el VIH/Sida han permanecido entre las más altas del país.
Por ejemplo, la infección por el VIH en mujeres en periodo prenatal es muy elevada (ocho por ciento), superando el 2 por ciento que se observa en Santo Domingo.
La investigadora precisó que aunque la enfermedad afecta a los varones en una proporción de dos a uno con relación a las mujeres, es principalmente un padecimiento heterosexual, por lo cual se expande más rápidamente en mujeres que en hombres.
Entrevistas realizadas por Sckozen a personal de salud del país caribeño, indican que su principal preocupación es la prostitución que se incrementa por la demanda turística, y sobre todo entre las mujeres jóvenes quienes se rehúsan a cualquier tipo de intervención sanitaria.
A la fecha, República Dominicana tiene ocho mil huérfanos a causa del VIH/Sida. En 1999 se estimaron cerca de cinco mil muertes por esta enfermedad.
A su vez, la población especula con la enfermedad. Mientras las mujeres culpan a los hombres por su comportamiento promiscuo, los hombres las acusan a ellas de sostener relaciones sexuales con los turistas.
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