Inicio Columna Economía de cuidado, inequidad de género y trabajo no remunerado en los hogares

Economía de cuidado, inequidad de género y trabajo no remunerado en los hogares

Por Carmen R. Ponce Meléndez*

La aportación del trabajo no remunerado de los hogares que realizan las mujeres oscila entre 16.9 y 17.3 del PIB; para 2009 en conjunto fue 22.6 puntos porcentuales, cifra superior a la generada por la industria manufacturera (17.6) o a la agrícola que contribuye con el 3.4 por ciento.

Durante 2003-2009 pasó de mil 639 billones de pesos corrientes a 2 mil 672, un crecimiento medio anual muy significativo de 7.2 puntos porcentuales.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha publicado los resultados de la cuenta satélite del Trabajo No Remunero de los Hogares (TNRH). Este instrumento permite medir el tiempo y el valor de las labores domésticas y los cuidados que realizan hombres y mujeres para la producción de servicios al interior de un hogar sin remuneración para el período 2003-2009, como parte de la economía de cuidado.

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Entre otras cosas posibilita dimensionar la aportación de los hogares al bienestar económico, la brecha que existe en esta división sexual del trabajo, y sobre todo la enorme aportación que hacen las mujeres al bienestar social de la sociedad a costa de una sobrecarga de trabajo naturalizado por la cultura patriarcal.

De 100 horas de trabajo no remunerado en el hogar las mujeres trabajan 80.9 horas que equivalen a 77 de cada 100 pesos en valor económico. Para 2009 en términos de aportación per cápita el trabajo femenino generó 37 mil 300 personas y los hombres 11 800, una brecha de 25 mil 500, es decir la aportación femenina supera en términos económicos 46.3 por ciento a la masculina, debido a la carga tan desigual del trabajo.

Conforme a los resultados del Inegi, la actividad al interior del hogar con mayor peso económico es la de «proporcionar cuidados y apoyo a los integrantes del hogar». Por considerarse más especializada, representa 13.7 de cada 100 horas y 28 de cada 100 pesos.

Desde el punto de vista del valor económico «proporcionar alimentos» implica 88 de cada 100 pesos dentro de la aportación femenina. Cabe señalar que la ponderación económica más baja corresponde al rubro de limpieza de los hogares.

La participación de las mujeres en los trabajos del hogar es más alta en el ámbito rural, está asociado al nivel educativo, ya que disminuye en la población con nivel de educación superior, también se observa que es mayor en los hogares con menores de seis años.

Cuando hay condiciones de crisis económica y precariedad como las que tiene el país la economía de cuidado juega un papel estratégico en la sociedad, entendida ésta como al espacio donde la fuerza de trabajo es reproducida y mantenida, incluyendo todas aquellas actividades que involucran la crianza de los niños, las tareas de cocina y limpieza, el mantenimiento general del hogar y el cuidado de los enfermos o discapacitados, su análisis y las condiciones en que realizan estos trabajos las mujeres tiene que traducirse en políticas públicas.

El trabajo femenino no remunerado en el hogar suple y compensa las carencias de servicios públicos en áreas de educación, seguridad social y salud, pero también se convierte en un obstáculo para el desarrollo integral de las mujeres en la sociedad, ya sea en el ámbito político, laboral, económico o cultural; otra de las maneras en que las mujeres se ven afectadas por la pobreza y la crisis económica.

Estos trabajos forman parte de la identidad genérica femenina que entra en crisis cuando se vuelven jefas de hogar o proveedoras, porque transgreden esa identidad, y por otra parte no hay un reconocimiento social a los trabajos domésticos o al que realizan en la esfera pública, además al incorporarse al mercado de trabajo la armonía entre los tiempos y las prioridades se conflictúa.

Valorizar económicamente y visibilizar la aportación de las mujeres en este trabajo no remunerado es un avance siempre y cuando se traduzca en políticas públicas del Estado que apoyen la economía de cuidado de los hogares y permitan resolver la enorme inequidad de género que prevalece.

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twitter: @ramonaponce

* Economista especializada en temas de género

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