El agua es un bien público que todos los gobiernos deben garantizar, aseguró hoy el presidente Vicente Fox Quesada, y convocó a todas las naciones a encontrar soluciones para los mil 100 millones de personas que no tienen acceso al líquido en el mundo.
Es obligación moral y política de todo gobernante es comprometerse para que a nadie se le escatime su derecho al vital líquido, sostuvo, al inaugurar el IV Foro Mundial del Agua en el Centro Banamex, ante Loïc Fauchon, presidente del Consejo Mundial del Agua, organismo promotor del encuentro.
El Primer mandatario recordó que el mundo actual vive una dura paradoja, pues de tres cuartos de superficie que está cubierta de agua, sólo dispone de 1 por ciento del total para consumo humano, por lo que es indispensable que todos los países impulsen decididamente políticas integrales que reviertan el deterioro, el abuso y el desperdicio de este patrimonio de la humanidad.
Es responsabilidad de los gobiernos del todo el mundo, dijo, construir el bienestar de esta generación, sin comprometer los recursos que garantizarán el futuro de los nuevos ciudadanos del planeta.
«Nuestra sobrevivencia depende de un profundo cambio de actitud que alimente una nueva cultura basada en la responsabilidad compartida, en la equidad y en la solidaridad», añadió.
Aseguró que en el México de hoy, el cuidado y protección del agua son asuntos estratégicos de seguridad nacional y que los mexicanos «sabemos que el acceso al agua es premisa fundamental para combatir la pobreza, promover el desarrollo integral de nuestras familias y de la nación».
Especialistas, organizaciones y gobiernos comprometidos con la vida del planeta, manifestó, tienen la tarea de encontrar mecanismos de cooperación y coordinación eficaces para enfrentar este gran desafío global.
Sin embargo, reconoció que no existen soluciones únicas que puedan aplicarse indiscriminadamente al problema internacional del agua, y que éstas tienen lugar en el ámbito de lo local
Ante 129 invitados especiales, entre ellos el Príncipe de Holanda, Willem Alexander; el príncipe heredero de Japón, Naruhito; el primer Ministro de Marruecos, Driss Jettou, el secretario de Medio Ambiente, José Luis Luege, el canciller Luis Ernesto Derbez y el jefe de Gobierno del Distrito federal, Alejandro Encinas, el presidente del Consejo Mundial del Agua Luïc Fauchon pidió reconocer el derecho al líquido como un elemento indispensable para la dignidad humana.
Exhortó a los mandatarios a realizar acciones concretas para dar vigencia a ese derecho, porque es inaceptable la falta de agua o el agua de mala calidad, que el año pasado causó diez veces más muertos que todas las guerras juntas del planeta.
También es inaceptable que cientos de millones de mujeres y niños que cada mañana caminan durante largas horas en búsqueda de esa agua muy escasa, muy lejana sea impura, admitió.
Los responsables son conocidos, sostuvo, y citó a la demografía no controlada y sus megaciudades tentaculares incontrolables; la contaminación creciente, la deforestación, la degradación del suelo y su salinización, así como los cambios de clima, que se intensifican.
El agua exige inteligencia y razón, dijo, pero ante todo requiere corazón y solidaridad y, por ello, llamó a los gobiernos a inscribir el derecho al líquido en las constituciones de los Estados y llevar a los más marginados de los países ricos la garantía de un abasto mínimo diario suficiente para cubrir sus necesidades.
Fauchon demandó financiar las infraestructuras de los cincuenta países más desamparados y de las veinte megalópolis más pobres mediante una política de donativos más intensa, pero mucho mejor controlada, y romper así la espiral «préstamo- endeudamiento-cancelación de deuda.
«Sí, decidamos ser concretos e impongamos. Impongamos la asignación de una parte importante de los programas de infraestructura al funcionamiento y a la conservación de redes, de presas, de estaciones de tratamiento», exhortó.
Al foro asistieron más de 11 mil participantes de 129 países, entre ellos Japón, Italia, Francia, Holanda, Estados Unidos, Reino Unido y China.
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