Los debates sobre la pertinencia de la educación sexual involucran las concepciones y valoraciones referentes al concepto integral de la sexualidad. La experiencia personal ha dependido de su propia historia y condiciones de vida de cada ser humano, por lo que, al hablar del tema se debe tener en cuenta esta diversidad para considerar las preocupaciones generales y comunes, incluyendo las relativas al punto de vista religioso.
Dado que existe un amplio contexto bíblico que se centra en la sexualidad y que considera la relación hombre mujer como la unión que representa la plenitud del cuerpo de la Iglesia con Jesucristo, abordar el tema en escuelas vinculadas con asociaciones religiosas ha representado el respeto a la dignidad humana, y una educación desde el punto de vista espiritual y físico, en el amor.
Como se ha demostrado en diferentes estudios, la sexualidad es parte de la vida de los seres humanos y como tal, forma parte de la convivencia social en tanto cada cultura y sociedad define sus reglas. La sexualidad es una cualidad de los seres humanos y con ella se ejercen distintos tipos de relaciones como las afectivas y de poder.
Los hombres han crecido con reglas más permisivas que las mujeres para hablar y vivir experiencias sexuales, pero el tema se aborda entre bromas, albures, el eufemismo, con poco o ningún espacio para la expresión y reflexión sobre los sentimientos, el amor, y sin acceso a información profesional. Entre las mujeres el silencio, el mito, o bien, se maneja menos información lo cual les ha creado dificultades para aceptar los propios deseos y exigir respeto a sus cuerpos.
Desde la década de los setentas en que se desarrollaron los primeros programas de Educación sexual, posteriormente en los ochentas programas para prevención del VIH/SIDA, luego en los noventa los conceptos sobre la equidad de género, y la salud sexual y reproductiva, además de la incorporación de los contenidos en los libros de texto, siempre ha estado presente la idea de que con información se pueden prevenir muchos de los problemas sociales.
Pero las principales preocupaciones en la actualidad se relacionan con que se brinde capacitación especializada al personal docente en cada grado de la educación básica, en la vinculación de la escuela con las madres y padres de familia, y en los contenidos que se incorporen en cada nivel. Estos tres aspectos están considerados como parte del proceso, una vez que sean aprobadas las reformas ahora en la Cámara de Diputados. Luego entonces, lo primero es que se apruebe la ley para que el Ejecutivo continúe con la siguiente fase.
Analizar los principales beneficios de la educación en la sexualidad que señalan las diversas investigaciones, puede representar un punto de partida sólido para apoyar el diálogo, la comunicación, vencer temores, apoyar programas para la salud y respeto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Hablar sobre la sexualidad en el ámbito del hogar, en las instituciones, en los medios de comunicación, en diversos espacios, representa ya una trasformación de nuestra sociedad. Significa un rompimiento del silencio, de los mitos y de los propósitos de las redes que han comercializado ilícitamente con el tema.
Hoy las y los jóvenes reconocen en la Escuela al principal agente de información sobre sexualidad, el Hogar ocupa el segundo lugar y solamente el 10% recibe información de sus amistades, pero hay otro porcentaje que no reciben información ni en la escuela, ni en la casa, ni de los amigos, están expuestos a la información que se recibe a la deriva.
Las generaciones anteriores crecieron rodeadas de silencio, de ignorancia, de tabúes y prejuicios, es decir, entre ensayos y errores. El conocimiento científico nos puede brindar uno de los elementos para tomar decisiones con responsabilidad.
*Legisladora mexicana [email protected]
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