Un Tsunami es una ola o serie de olas que se producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por una fuerza que la desplaza verticalmente. Terremotos, volcanes, meteoritos, derrumbes costeros o subterráneos e incluso explosiones de gran magnitud pueden generar un Tsunami, que tiene que ver con un desbalance oceánico provocado por la atracción gravitacional ejercida también por los planetas, el sol y especialmente la luna, las ondas sísmicas implican un terremoto.
Tsu significa en japonés puerto o bahía, y Nami, ola. El término fue adoptado en un congreso en el año de 1963. Ahora debemos reconocer que el mundo entero y todos sus sistemas son extremadamente endebles y vulnerables y que avanza tambaleándose al borde de muchos precipicios diferentes. Es lo que algunos analistas señalan que estamos en el período de tiempo mencionado en el Apocalipsis; conociendo de guerras, terremotos, inundaciones, desastres naturales en los que las personas son sorprendidas por ellos, y en su intento por escapar y defender su vida, aquel que vea hacia atrás, el que se regrese a recoger alguna pertenencia, perderá su vida.
¿Son las imágenes que presenciamos a través de los medios, señales de un proceso de decadencia como algunos creen?. Basados en diversas interpretaciones, se ha dicho que estos fenómenos son consecuencia del daño ambiental, productos de la sobrepoblación, o expresiones de la corrupción social, en los que el papel de los medios influye tremendamente.
El avance de la ciencia y la tecnología está haciendo que los medios de comunicación nos hagan copartícipes de lo que ocurre en otras partes del planeta. Cuando estas imágenes son capturadas en video, adquieren una dimensión mayúscula, elevando la importancia por el impacto emocional que conlleva lo noticioso. Los medios se han abocado a destacar noticias con alto contenido emocional y dentro de ellas, ninguna supera aquellas que involucran a la vida y la muerte, las tragedias.
El linchamiento de Tláhuac, inundaciones en California de los Estados Unidos, los testimonios de cómo perdieron la vida más de doscientas mil personas en Asia, son algunos de los hechos que debido a la globalización han modificado nuestras nociones del tiempo y del espacio como nunca antes en la historia.
Destacar noticias con alto contenido emocional nos ubica a todo el mundo en el lugar de los hechos, pero además puede generar temores ante su magnitud, esto significa que se generan olas de un Tsunami de propaganda que puede provocar miedos más allá del lugar en que se presentó el fenómeno.
Para que un terremoto origine un Tsunami, el fondo marino debe ser movido abruptamente en sentido vertical, de modo que el océano es impulsado fuera de su equilibrio normal, y es cuando esta inmensa masa de agua trata de recuperar su equilibrio, se generan las olas. Es así como inicia, pero sus efectos los vemos desde las pérdidas humanas y materiales, hasta la reconstrucción para que las cosas vuelvan a la normalidad.
El dolor es acompañado por el miedo, las enfermedades, la falta de víveres, y la desolación. Pero vivir con miedo no hará que estemos preparados para afrontar estas calamidades, el miedo paraliza, y obstaculiza una adecuada actuación. Desde el Senado, hemos recomendado que se debe generar una cultura de prevención contra los desastres naturales y sus efectos devastadores, reconociendo que es mejor actuar para prevenir que lamentarse llenos de miedo y que ayudar y brindar apoyo es conmovernos para actuar. Colaboremos y demos parte de lo que tenemos. Una política nacional de prevención contra los efectos de los desastres debe ser impulsada desde el gobierno para que la sociedad tenga la protección debida y la asistencia a las víctimas con oportunidad.
Tenemos que aceptar y reconocer al enemigo, vivimos en una zona sísmica, y con volcanes, esto es el inicio para actuar y que no nos paralice el temor.
*Senadora e integrante de la Comisión de Equidad y Género y de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.
2005/LS/LR
