Inicio El feminismo en Nicaragua, un movimiento político

El feminismo en Nicaragua, un movimiento político

Por María Suárez Toro*

Para el feminismo nicaragüense, el panorama que se vislumbra luego del triunfo del Frente de Daniel Ortega en las pasadas elecciones presidenciales de noviembre no es alentador, pero no detendrán su lucha, y en ello coinciden diversas representantes del movimiento de mujeres de ese país, dice Radio Internacional Feminista (RIF).

Violeta Delgado, ex candidata a diputada nacional por el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), señala que las estrategias actuales del feminismo se dan en un contexto específico: pocos interlocutores de los movimientos sociales y un Estado secuestrado por el pacto patriarcal y empresarial.

De igual forma, Sofía Montenegro, representante del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) ante el MRS, explicó: «La crisis actual en el país se origina en el cierre del sistema político, el secuestro del Estado por el bipartidismo caudillista, agotamiento del modelo económico, y la falta de voluntad de la clase gobernante para propiciar una salida civilizada a la crisis actual en Nicaragua».

Por ello, diversas organizaciones han logrado acuerdos, dentro de sus divergencias, y levantaron una plataforma de cinco puntos, que se resume de la siguiente manera: establecimiento de la institucionalidad democrática, Estado laico, democracia genérica, justicia social y política de población basada en derechos humanos y derechos de las mujeres.

Los retos en el contexto son grandes, opinan. Pero las hemos visto levantarse desde las ruinas de la traición política sentida, para construir sus propias alternativas desde sí, desde su autonomía, un lugar indispensable para no seguir confiando en los poderes caudillistas o ajenos, sino ejercerlo, no importa si desde fuera o dentro del gobierno, pero ejerciendo el suyo en interacción con otros.

PUNTO DE INFLEXIÓN

La abogada feminista Guadalupe Salinas sostuvo en víspera de las elecciones que esos comicios eran un punto de inflexión en la historia política de Nicaragua, independientemente de quién ganara.

«Es la participación política ciudadana masiva, es la observancia ciudadana, el seguimiento ciudadano, el ejercicio de ciudadanía, lo que va a sacar adelante este país. Aquí ya está comprobado que ni Dios, ni el Espíritu Santo, ni el Caudillo, ni los Estados Unidos van a resolver los problemas de este país. ¡A lo que hay que meterle de lleno y con ganas es al ejercicio ciudadano de la política!», puntualiza.

Sostiene que las semillas de ese cambio están dadas y que se expresan, ente otros, en el MAM; explicando que después de muchos años de reivindicar derechos, las mujeres que se aglutinaron llegaron a la conclusión de que sin espacios políticos institucionales que apunten a la democratización, los derechos de las mujeres y otros derechos no se pueden ejercer.

Juanita Jiménez, del MAM, señala que las mujeres fueron las primeras en denunciar el Pacto entre Ortega y Alemán «porque vivimos, desde la violación de nuestros derechos, lo que iba a pasar con todos los derechos».

Martha Munguía describe cómo se organizaron. «Nos hemos transformado en un movimiento político porque lo único que sostiene las luchas es el fortalecimiento del movimiento. En ese sentido, la autonomía ha sido clave. Cuando hay impunidad, fortalecer el poder propio es lo esencial para salir adelante. El poder personal colectivizado, como hacemos con las mujeres en el trabajo contra la violencia».

UN PACTO POSITIVO

Construyeron una agenda con un movimiento incipiente. Tienen diferendos con otras organizaciones de mujeres que no están en el MAM, y van a tener que ver cómo se vuelven a encontrar frente al nuevo panorama.

Pero entre todas ellas, las que están adentro y las que no lo están, cuentan con la solidaridad internacional de las feministas, expresada masivamente en las acciones para presionar por la reinstalación en aborto terapéutico mediante un caso en la Corte Interamericana y, expresado además en el acompañamiento electoral expresado por la delegación internacional de Mujeres Observadoras que llegaron a Nicaragua ese día de noviembre desde México, Canadá, Guatemala, Costa Rica, El Salvador y España.

Y por mucha más gente y organizaciones de todos los rincones del mundo que participaron por Internet en el Observatorio Virtual electoral de Radio Internacional Feminista, entre ellas cinco mujeres Premios Nobel.

DEMOCRACIA REAL Y AUTONOMÍA

Patricia Orozco, del MAM, sostiene que ese movimiento no aspira a lograr tan sólo los derechos de las mujeres, sino que lucha con otros actores y actoras por un cambio viable para toda la sociedad. «Que la brecha entre pobres y ricos se cierre para todos, sin desconocer que las mujeres son las más pobres y que como tal, saben distribuir mejor todo, cuando es escaso o cuando es abundante. Que la democracia sea real, para toda la sociedad».

Otra dirigente de la misma iniciativa, Malena de Montis, lo dice así: «Nos articulamos como fuerza política autónoma, porque en la Revolución no logramos trascender la dependencia política, a pesar de los muchos esfuerzos, por ejemplo los del 1977 en La Asociación de Mujeres ante la Problemática Nacional (Ampronac), luego en la Asociación de Mujeres Luisa Amanda Espinoza (AMNLAE) durante el período revolucionario entre 1979 y 1990, y aún cuando creamos nuestras redes temáticas en forma auto convocadas en el 1992».

Pero la situación ha cambiado y ellas cambian. «Ahora el enojo nos removió a definirnos desde nosotras como sujetos políticos individual y colectivamente, con nuestros derechos propios, pero no solo desde ellos.

«Establecimos un acuerdo político de participación electoral en alianza con el MRS el pasado 15 de junio por considerar que ahí hay una fuerza política con la que coincidimos en muchos de los cambios que deben hacerse en este país y porque, entre esos cambios, esa iniciativa ha tomado en serio e integrado nuestra agenda y participación. Pero esta vez lo hacemos sin dependencias, con autonomía».

Al respecto, Edmundo Jarquín, ex candidato del MRS, dice: «El tema de la autonomía es polémico, no es fácil. Cuando un movimiento trata de articular una agenda en torno a la sociedad civil, es una agenda que tiende a la dispersión en el sentido de que hasta termina siendo contradictoria. El papel de los partidos políticos o más bien de las plataformas políticas, que es más actual, es el de dar integración a las agendas de los sectores sociales. En ese esfuerzo hay una transacción y de compromiso».

Aún dentro de las tensiones, el dirigente del MRS defiende la autonomía como forma de hacer política democrática. Afirma que lo fundamental es que se preserve esa orientación.

«Antes eran brazos, fuera en la Democracia Cristina, los partidos liberales o en la izquierda. Hoy no es así, todos tienen su autonomía. El gran desafío de esos movimientos es cómo preservar autonomía incidiendo en las agendas políticas. Porque a título de la autonomía se puede alejar de incidir en la agenda política y a título de incidir en la agenda, los márgenes de autonomía se ceden».

Sostiene que la transacción depende del momento histórico en cada sociedad. «No me imagino que el MRS hubiese tenido una postura tan contundente sobre el aborto terapéutico si las mujeres no hubiesen estado, independientemente de lo que cada quién pensara sobre el tema».

Jarquín representa una opción que es una alianza, no un partido político y que dentro de él hay partidos y movimientos sociales, entre ellos en MAM. «Nació alrededor de un liderazgo carismático de Herty Levites, quién murió. El había sido un alcalde eficiente de Managua y se opuso al pacto corrupto y se opuso al continuismo de Daniel dentro del FSL anteriormente. Por eso cuando murió se pensó que tal vez no sobreviviría el Movimiento. Y si sobrevivió es lo que la gente quiere un cambio. Nada más lo explica».

El MRS no se valió de la vieja polarización Ortega o no Ortega, sino que levantó otra disyuntiva: cambio o más de lo mismo. «Independientemente de los resultados electorales: el monopolio de la política del pacto bipartidista – del poder por el poder y el dinero – está roto. Se han levantado otras opciones de modernización de la política», opina.

«Segundo, explica, se ha roto el monopolio de la calle que tenía Daniel Ortega. Esa fue la gran contribución de Levites, y eso tiene consecuencias para el fututo. El tercer cambio importante es que hay mucha gente, especialmente mujeres y jóvenes, que ha vuelto a creer en la política con ilusión y entusiasmo. Ha sido una campaña de voluntariado.

«Otro punto es que hemos hecho una campaña de principios y de ideas, con programa. Eso es un activo que queda en la política en Nicaragua, una nueva manera de hacer política. Es otra propuesta desde el sandinismo que puede convocar a sectores no sandinistas también. Y eso es lo más importante para el futuro», concluye.

Martha Cabrera, una nicaragüense sobreviviente de violencia doméstica y activista de la Red de Mujeres contra la Violencia en su país y su pueblo, define el reto primario de las mujeres en su proceso de construirse y constituirse como sujetos políticos de la siguiente manera: «El feminismo para mí es haber hecho todos los duelos necesarios de todas las agresiones sufridas, para usar la fuerza de esa recuperación para hacer colectividad con todas las mujeres y personas que lo viven, para cambiar la situación que genera pobreza y agresión».

*Directora de Radio Internacional Feminista

07/MST/GG

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido