Los pies tienen su misterio, dentro de ellos existen múltiples terminaciones invisibles que conectan esta parte del cuerpo con nuestros órganos internos (pulmones, riñones, hígado, corazón, bazo), sistema óseo, rostro, cinco sentidos, glándulas, entre otros.
La reflexología –»terapia de zona», reflexoterapia o quiropreción— es un método curativo que atiende la salud desde los pies. Aunque fue descubierta por el doctor estadounidense William H. Fitzgerald (1917), su origen está en la antigua acupuntura china (Shaya, Manual naturista, 1991).
¿Cómo actúa? Mediante un estímulo –mecánico, digital o por corriente eléctrica- sobre estas terminaciones (puntos de acupuntura) que a simple vista no se ven pero que al ejercer una presión duelen, sobre todo si existe algún desequilibrio en la parte que se toca.
Al igual que manos y orejas, el pie es una terminal de seis meridianos que suben y bajan por las piernas pasando por diferentes zonas. Para la reflexología al dar masaje a ciertos puntos del pie se estimulan, tonifican o equilibran y calman todos los órganos y regiones del cuerpo (Ohashi, Como leer el cuerpo, 1995). Sentir cada zona del pie nos permite ir más allá y observar qué pasa en nuestros órganos.
Así, por ejemplo, el dedo gordo contiene dos meridianos: hígado y bazo. El meridiano del bazo sale del borde exterior del dedo gordo, sigue por el lado interior del pie, sube por la espinilla, pasa por rodilla y muslo hasta la ingle, continúa hacia arriba por el costado del abdomen hasta un punto en la axila, pasa por debajo de la axila y termina en un punto en la espalda.
Es frecuente que mucha gente sufra de juanetes: parte abultada en el borde del pie en la base del dedo gordo. Al ser está la zona del meridiano del bazo su presencia indica un desequilibrio en éste órgano, desde la medicina china el juanete aparece porque «el bazo está intentado eliminar exceso de energía y desechos» por el meridiano (Ohashi:1995), la energía está bloqueada a causa de un alto consumo de alimentos dulces y cantidades inadecuadas de minerales.
Al rozar el zapato sobre esta zona inflamada del pie, si la persona continúa maltratando su bazo, los excesos continuarán acumulándose, calcificándose y creando un enorme juanete.
Camina lentamente sin zapatos en un piso liso, de madera de preferencia, y obsérvate desde esta parte del cuerpo. Anota cómo estás en tu Diario del Cuerpo.
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