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El periodismo, linterna del mundo: Lydia Cacho

Por Gladis Torres Ruiz

«Creo en el papel del periodismo como linterna del mundo, como un derecho de la sociedad para saber y entender; creo que los derechos humanos no se negocian. Mientras siga viva seguiré escribiendo y con lo escrito, seguiré viviendo», afirmó la periodista mexicana Lydia Cacho Ribeiro, ganadora del Premio Mundial Unesco -Guillermo Cano de Libertad de Prensa 2008.

En una entrevista realizada por Lucía Iglesias Kuntz, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en inglés, Unesco), en el marco de la celebración del 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, cuyo tema de este año es la autonomía y el acceso a la información, Cacho Ribeiro señaló que su trabajo periodístico y labor como ciudadana mexicana están íntimamente relacionados.

«La defensa de los derechos humanos es un tema que me ha tocado desde muy pequeña. Mi madre, que era francesa y llegó muy joven a México, ejerció desde siempre un activismo social que formaba parte de su vida y así nos educó», dijo la periodista.
Crecí en una familia donde la defensa de los derechos humanos era una responsabilidad natural de ciudadana, no un esfuerzo ni un sacrificio.

Al ser interrogada sobre si vale la pena todo su trabajo, señaló «Por supuesto que vale la pena, hay muchas transformaciones, hay sujetos en la cárcel por el libro que yo escribí –Los demonios del Edén–, hay muchas víctimas que han salido a la luz y que recibieron atención en diferentes lugares del país».

Hay una reacción social importantísima y ése es uno de los grandes honores. Más allá de cualquier premio es lo que ratifica que nuestro trabajo como periodistas funciona y sirve de algo, dijo. Además, a partir de mi encarcelamiento y de toda la reacción de los medios y como consecuencia de actores sociales y políticos importantes, se despenalizó el periodismo en México, recordó.

«Yo fui a la cárcel precisamente porque los periodistas podíamos ser encarcelados por una acusación de difamación y calumnia, gracias a mi caso desapareció esto. Ahora se puede llevar a un juicio civil como en cualquier país más avanzado».

Por otro lado, mejoraron mucho las leyes con respecto a la pornografía infantil, pero sobre todo se mediatizó el tema, es decir, en México el abuso sexual infantil y la pederastia eran temas absolutamente silenciados e intocables, y a partir de mi caso han salido una cantidad de foros e incluso se han creado organizaciones especializadas.

PERIODISTAS EN RIESGO

Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado desde hace 15 años por iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la Unesco pide no sólo rendir tributo a las y los periodistas como Jassem al-Battat al-Battat o Lydia Cacho Ribeiro, sino también recordar el papel crucial que tienen la prensa libre.

Según un comunicado de prensa, el director general de la Unesco, Koïchiro Matsuura, señaló que la libertad de prensa y el acceso a la información alimentan el objetivo de desarrollo más amplio de dar autonomía a la gente, al darle la información que puede ayudarle a obtener el control sobre sus propias vidas, a partir de comprometerse en el debate público para hacer responsables a los Gobiernos y a otros.

Aunque Internet ha ayudado a los medios a alcanzar a más personas en más lugares y ha permitido a las personas ordinarias convertirse en ciudadanos periodistas (el verano pasado los reporteros ciudadanos estuvieron en la primera línea informando al mundo sobre las manifestaciones en Birmania) un enorme 80 por ciento de la población mundial sigue sin tener acceso a infraestructura de telecomunicaciones, dice la Unesco.

Por ello, «una de las metas de este año es poner en práctica medidas que permitan a la gente usar nuevas tecnologías, como más capacitación y respeto por los diferentes idiomas», señala el organismo.

Sin embargo, detalla que incluso con el mejor de los accesos, los medios deben enfrentar numerosos obstáculos para dar a conocer las noticias y las y los periodistas con frecuencia enfrentan amenazas, intimidación y violencia real en su trabajo.

Las y los reporteros no tienen que estar en zonas de guerra para estar en riesgo. La periodista mexicana Lydia Cacho fue blanco de amenazas de muerte, sabotaje, demandas por difamación y acoso policíaco debido a sus actividades de denuncia de grupos de prostitución y pornografía infantil, dice el comunicado.

En 2007, 65 periodistas fueron asesinados en relación directa con su trabajo, el número más elevado desde 1994. Con frecuencia los crímenes no se castigan adecuadamente, según información del Comité por la Protección de los Periodistas (CPJ).

En México, desde el año 2000 a la fecha, han sido asesinados 24 periodistas y ocho siguen desparecidos, además de padecer agresiones físicas, materiales y jurídicas que vulneran este derecho, señala el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos).

08/GT/GG

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