Inicio El premio Nóbel de la paz para la bióloga Keniana Wangari Maathari

El premio Nóbel de la paz para la bióloga Keniana Wangari Maathari

Por la Redacción

La activista keniana Wangari Maathai, actual viceministra de Medioambiente de su país y fundadora del movimiento Cinturón Verde, fue galardonada hoy con el Premio Nóbel de la Paz por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz, anunció el comité Noruego Nóbel.

Con el presente anuncio, se reconoce por tercera vez en esta semana el trabajo de las mujeres en diversos ámbitos. El primero fue el premio Nóbel de Medicina para Linda Buck y Richard Axel, el de literatura para Elfriede Jelinek y ahora el de la paz otorgado a Wangari Maathai, la primera mujer africana en recibirlo.

El Comité Noruego informó que el premio Nóbel de la Paz se otorgó a Wangari Maathai por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz, «la paz en la tierra depende de nuestra capacidad para asegurar el medioambiente», considera la galardonada.

Otro argumento del Comité es que Wangari, «tiene una visión global del desarrollo sostenible que abraza la democracia, los derechos humanos y en particular los derechos de la mujer. Piensa de forma global y actúa a nivel local», publica el portal Mujereshoy.

Nacida en 1940 y madre de tres hijos, Maathai fue la primera mujer de África occidental que logró un doctorado universitario –en Biología–, la primera profesora en Anatomía veterinaria y primera decana de su facultad, en la Universidad de Nairobi.

«Será también la primera mujer de África que recibe el Premio Nóbel de la Paz y la primera africana del vasto territorio que va de Suráfrica a Egipto que es galardonada con el premio», subrayó el Comité.

Maathai es fundadora del movimiento Cinturón Verde, programa que combina desarrollo comunitario y protección medioambiental –el más exitoso del mundo– y propaga entre los miles de miles de kenianos que viven en situación de pobreza la simple idea de que plantar árboles mejorará sus vidas, la de sus hijos y nietos.

Ese movimiento, integrado especialmente por mujeres –»No podemos esperar sentadas a ver cómo se mueren nuestros hijos de hambre», repetía Maathai– ha logrado plantar desde sus inicios a finales de los años setenta unos 30 millones de árboles y ha creado 5 mil guarderías.

Maathai, destaca el Comité Nóbel, «representa un ejemplo y una fuerza de inspiración para todo aquél en África que luche por el desarrollo, la democracia y la paz».

Recuerda, además que la premiada, combatió con coraje la opresión en Kenia y que sus «formas de acción contribuyeron a llamar la atención nacional e internacional sobre la opresión política».

Defensora de la condonación de la deuda externa del Tercer Mundo, Maathai fue siempre una decidida opositora del régimen dictatorial de Daniel Arap Moi, lo que le valió en repetidas ocasiones la cárcel y otros tantos llamamientos pidiendo su liberación de Amnistía Internacional (AI).

Los integrantes del Comité Nóbel valoraron del quehacer de Maathai que, en su actuación, «combina ciencia, compromiso social y política activa», y que «más que ocuparse de la simple protección del entorno y su estrategia asegura las bases del desarrollo ecológico sostenible».

«Todos hemos sido testigos de cómo la deforestación de los bosques llevó a la deforestación en África y amenaza a otras muchas regiones del mundo, incluido Europa. Proteger los bosques contra la desertificación es un factor vital en los esfuerzos por reforzar el medioambiente en nuestra Tierra», explicó el Comité.

Añadió que «a través de la educación, la planificación familiar, nutrición y lucha contra la corrupción, el Movimiento Cinturón Verde ha abierto caminos para el desarrollo desde abajo».

«Creemos que Maathai es una fuerte voz que habla por las mejores fuerzas en África en la promoción de la paz y por unas mejores condiciones de vida en el continente», destaca el Comité Nóbel.

El galardón, dotado con 1.1 millones de euros (unos 15 millones de pesos) se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nóbel.

En unas primeras declaraciones a la cadena noruega de televisión TV2, la galardonada adelantó que la mayor parte de ese dinero se destinará al trabajo en favor del medioambiente.

«Sabía que nuestro trabajo era importante, pero nunca hubiera soñado con que recibiría tal reconocimiento», dijo.

El Nóbel de la Paz, uno de los que más expectación suscita, sucede a los de Medicina, Física, Química y Literatura dados a conocer en días pasados.

2004/LR/SM

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