Las reglamentaciones comerciales impuestas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) son antidemocráticas y contribuyen al deterioro de la calidad de vida y pérdida acelerada de los derechos más elementales de mujeres y hombres de los pueblos menos desarrollados.
Sin embargo, en la V Cumbre Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), realizada en Cancún, México y la efectuada en Miami, Estados Unidos, fue detenida la agenda que las grandes corporaciones pretendían imponer a los países en vías de desarrollo, aseguró el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), Alberto Arroyo Picard.
Durante la presentación del libro Lecciones del TLCAN: El alto costo del «libre» comercio, del cual es autor junto con otros investigadores de México, Estados Unidos y Canadá, aseguró que esa situación se debió a la oposición de las organizaciones sociales que se oponen a las negociaciones comerciales que atentan contra la dignidad humana.
Dijo que se ganó una batalla, pero hay que seguir avanzando para impedir que los Estados Unidos y la Unión Europea logren imponer en el continente americano, vía el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el modelo económico neoliberal con otros tipo de acuerdos comerciales.
En ese sentido, un balance de las redes de mujeres que en nuestro país conformaron el Espacio de Mujeres hacia Cancún, revela que la lectura de género sobre los impactos de la supremacía del mercado puso en evidencia la similitud de situaciones desfavorables que enfrentan las mujeres mundialmente.
Además, denunciaron los riesgos para los pueblos, y en particular para la violación de los derechos económicos, sociales, culturales y reproductivos de las mujeres.
El contenido del estudio, editado por la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC) y la Alianza Social Continental, revela que con la entrada en vigor del TLCAN, en nuestro país la pobreza ha aumentado, la planta productiva se ha desmantelado, la soberanía alimentaria se ha perdido, así como los empleos, y qué decir del desastre en el campo.
Además, el acuerdo no ha logrado el más elemental de los objetivos macroeconómicos: crecimiento, pues la tasa media de crecimiento anual del Producto Interno Bruto por habitante, desde su entrada en vigor, es de sólo 0.91 por ciento.
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