Desde la tribuna del diario hispano neoyorkino La Prensa en su espacio de opinión, Elvira Arellano, activista deportada a México, se estrena en esa tribuna como articulista.
«Antes que nada, expreso mis humildes gracias a tantas personas que apoyaron mi lucha durante los últimos cuatro años, también deseo expresar mi profundo respeto para aquellas personas que se han mantenido comprometidas y valientes en la lucha a favor de los 12 millones de indocumentados y sus hijos ciudadanos de los Estados Unidos», comenta.
Tras explicar su salida del santuario en la iglesia donde se encontraba, da su opinión respecto a la situación política del Congreso respecto a una reforma migratoria en Estados Unidos y la política del presidente Bush en esta materia.
«Quisiera explicar mi decisión de salir de mi santuario a quien quiera que puede tener una duda. Hasta junio de este año, permanecer en el santuario protegía al derecho de mi hijo de quedarse en el país, que es un ciudadano, y tener a su madre consigo a la vez. También creo que nuestro acto trajo la dimensión de la separación familiar al debate sobre migración en el Congreso.
«Las cosas cambiaron cuando el Senado dejó de considerar una reforma integral de inmigración. Las cosas cambiaron no por razón de la oposición de los republicanos sino porque el liderazgo demócrata en el Congreso declaró que el tema de inmigración estaba muerto hasta la próxima elección».
Al mismo tiempo, agrega, «el presidente Bush con la ayuda de ICE aumentó las redadas, las deportaciones y la separación de familias, además de comenzar la ofensiva ?no match? en contra de 9 millones de trabajadores. No pude quedarme sentada cruzada de brazos y observar mientras que otras madres como yo, y millones de niños como Saúl, padecían de la destrucción de sus familias.
«Tuve que hacer lo que pude para decirles a los demócratas que el asunto de inmigración no se ha muerto porque nosotros no hemos muerto. Tuve que obligar al país a ver lo que no querían ver».
En su opinión, y con un mensaje a la población migrante que vive en Estados Unidos, las acciones que ella realizó fueron un éxito.
«Creo que hemos sido exitosos en nuestro empeño. Se han reabierto las audiencias en el Congreso en septiembre. Se está proponiendo una legislación nueva que nos daría alivio temporal de las redadas y deportaciones durante los próximos años.
«Yo sé que las cosas son difíciles en los Estados Unidos actualmente. Todos los días nos enteramos de más redadas y deportaciones. Nos enteramos de las cartas ?no match?. Sabemos que ustedes atraviesan lo que yo atravesaba hace dos meses.
«No podemos darnos por vencidos. Cuando estás cruzando el desierto, y llegas a medio camino, no puedes regresar y no puedes abandonar el esfuerzo. Así es nuestra situación.
«No podemos ocultarnos de lo que este gobierno está haciendo, no podemos regresar a los tiempos antes del ?9-11? y de la ley Sensenbrenner, y no podemos darnos por vencidos».
En tanto informa que la Familia Latina Unida hace una llamada para un segundo día de acción el 12 de octubre en ciudades en todos los Estados Unidos, en su columna Elvira Arellano hace un compromiso.
«Voy a esforzarme para organizar el apoyo en México, sobretodo entre familiares que están separados de sus seres queridos en los Estados Unidos».
Y termina con un aviso:
«Si usted tiene familiares en México que pueden desear participar, envíeme sus nombres, apellidos, domicilios y números telefónicos, a [email protected] y no se olviden el 12 de Octubre, Día de Acción Nacional».
07/LP/CV/
