Por su parte, la diputada Elizabeth Salguero confirmó que si bien la violencia es un problema estructural y una forma coercitiva de ejercer poder, la misma rebasa el entorno doméstico y también infecta el ámbito público, por lo que consideró un retroceso que a doce años de la aprobación de la Ley 1674, Ley contra la violencia familiar o doméstica, el enfoque haya permanecido en el marco familista.
Para Rosario Cortes; del CIES/Salud Sexual y Reproductiva de Oruro, una primera necesidad para ser atendida fue la certificación médica requerida por juezas o jueces, ya que la violencia como problema de salud pública cuenta con normas que no son implementadas desde las mismas instancias del Estado.
Por eso, la incorporación de la atención a la violencia en la consulta médica requirió de un plan estratégico de sensibilización del personal médico y paramédico, e incidencia en los operadores de justicia para la viabilidad y continuidad de los procesos correspondientes.
La abogada Liz Escobar, al tiempo de informar sobre la investigación sobre la violencia que realiza el Centro de Investigación y Documentación de la Mujer (CIDEM), dijo que es necesario crear juzgados especializados en la atención a procesos de violencia y evitar la estructura patriarcal en el que se desenvuelven jueces, médicos forenses e instancias del Ministerio Público.
Finalmente, la jefa del Departamento Nacional de Género de la Policía, Coronela María Elena Escobar, destacó que son 3 mil las mujeres policías de un total de 26 mil efectivos, de las que 500 atienden gratuitamente casos familiares y denuncias de violencia en 53 Brigadas de Protección a la Familia ? BPF, concentradas mayormente en el departamento de La Paz y Santa Cruz. A partir de junio del presente año generará información clasificada e inmediata sobre casos de violencia a nivel nacional.
La falta de estructura, la debilidad de los servicios de atención, la ineficiente asignación de recursos, el bajo perfil al que ingresaron las organizaciones de mujeres, y la falta de voluntad política son también factores que se suman a los ya detallados en el crecimiento de «la violencia contra la mujer, el crimen más común pero menos castigado en el mundo», según el informe de las Naciones Unidas.
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