Antes y después de la cuentista Inés Arredondo, otras mujeres han escrito en el estado de Sinaloa, siempre relegadas a la sombra, sin políticas editoriales que apoyen su quehacer literario, sostuvo hoy aquí la investigadora de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Arcelia de la Torre Barrón.
En una conferencia sobre literatura en el Coloquio Nacional de Estudios de Género: La Condición de la Mujer en el Pacífico Mexicano, la doctora en Letras destacó que el quehacer de una escritora se proyectó hacia México y América Latina apenas en la década de 1970.
Fue Inés Arredondo (1928-1989), quien publicó tres libros de cuentos La Señal (1965), Río Subterráneo (1979) –que la hizo acreedora al Premio Xavier Villaurrutia– y Los Espejos (1988).
Su verdadero nombre, abundó la también escritora, fue Inés Camelo Arredondo. En honor a su abuelo, que siempre la apoyó y por amor a su madre, se quedó simplemente con el apellido Arredondo.
Sobre su propia infancia dijo Arredondo:»Como todo el mundo, tengo varias infancias de donde escoger, y hace mucho tiempo elegí la que tuve en casa de mis abuelos, en una hacienda azucarera cercana a Culiacán llamada El Dorado.»
La hacienda, una de las más productivas en la historia de Sinaloa, estado ubicado en el noroccidente de México y la figura de la madre, son dos ejes sobre los que gira la obra de Inés Arredondo.
Sin embargo, aseguró la investigadora, los temas de sus cuentos son ilimitados y los numerosos viajes de Inés Arredondo generaron una literatura de aires cosmopolitas.
«Tiene la característica de dejar fluir a sus personajes, vivirlos y permitirles existir sin cuestionamiento moral, jugando siempre al borde de lo prohibido con un delgado hilo de inocencia y liberados en una sexualidad plena. Deja escapar a los demonios que la sociedad mantiene secretos como la homosexualidad y el incesto. «, explicó la investigadora.
MAS ESCRITORAS SINALOENSES
Antes de Arredondo, escribieron en el romanticismo sinaloense a finales del siglo XIX y principios del XX, Cecilia Zadi, seudónimo utilizado por Haydee Escobar de Félix Díaz, quien publicó La Mujer Egoísta y Avara» (1898), en el que juzga lo que sucede con una mujer si no desempeña los roles establecidos por la sociedad, como dulzura, fragilidad y amor incondicional.
A finales del periodo romántico, Teresa Millán escribió también en Sinaloa y Arcelia de la Torre destacó con los cuentos El Cuate, ¡Adiós Doña Perfecta! y Paquito es Hijo Unico, historia de un niño «criado sólo por su madre quien lo alecciona en las labores del hogar, de manera tal, que el resto del pueblo se burla de él por su aparente homosexualidad.»
2003/MR/MEL
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