En México se calcula que entre dos y cinco millones de personas tienen problemas para procrear por lo que cada vez hay más recurrencia a las técnicas de fertilización asistida, indicó Lorenza Robles Tapia, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A las clínicas asisten no sólo personas infértiles, sino mujeres solteras que desean procrear, quienes tienen las trompas de falopio ligadas o aquellas que dejaron atrás su etapa reproductiva y desean tener hijas e hijos.
«Los métodos más recurridos son la estimulación ovárica y la inseminación artificial, que incluso permiten elegir el sexo del producto, lo que también se hace en México», señaló la investigadora a la Gaceta de la UNAM.
Robles Tapia también dijo que quienes tienen problemas para procrear primero acuden a la adopción, pero también pueden transitar por «las hierbas medicinales, la acupuntura o la homeopatía».
Argumentó que la infertilidad no debe verse como un problema de salud y que sus causas están asociadas con el tabaquismo, contaminantes y enfermedades de transmisión sexual.
Para hacer frente a las controversias generadas por los tratamientos de reproducción asistida, Robles Tapia propone «dotar de información a las y los pacientes, crear grupos y redes de apoyo, formar comités interdisciplinarios de bioética o un consejo consultor para analizar técnicas y casos», entre otras medidas.
Finalmente la investigadora universitaria durante su intervención en la mesa de trabajo Género y Ética en la Fertilización Asistida, dijo que la reproducción asistida «debe ser no sólo un derecho, sino que debe llegar a todas las clases sociales».
2004/BJ/GV/SM