Inicio En México hay un proceso de «feminización» de la pobreza

En México hay un proceso de «feminización» de la pobreza

Por Alejandra González Méndez

La pobreza en México está en un proceso de «feminización», revela el estudio realizado por el Centro Internacional de Pobreza, del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).

El estudio, titulado «Poverty among women in Latin America: Feminization or Over-representation», analiza información recopilada por ocho países latinoamericanos, entre ellos México, con la finalidad de establecer si existe una tendencia a que la pobreza afecte más a las mujeres que a los hombres.

Lo primero que establece el informe es el significado del término «feminización de la pobreza». La feminización de la pobreza es un proceso, una tendencia observada en el comportamiento de las medidas de la pobreza. Es probable que al interior de un país, existan más mujeres que hombres pobres, pero esto no necesariamente significa feminización de pobreza, pues puede deberse a que en el país en general habiten más mujeres que hombres.

La feminización de la pobreza se puede definir como un incremento en la diferencia de los niveles de pobreza entre hombres y mujeres, y como un incremento en la diferencia de los niveles de pobreza entre hogares liderados por mujeres, hogares liderados por hombres y hogares liderados por parejas. Esta es una tendencia que puede ser temporal o sistemática.

La feminización de la pobreza no puede ser generalizada para todo el mundo, además no es exclusiva de países en desarrollo, diversos estudios han encontrado éste fenómeno en Europa, Estados Unidos o Canadá, sin embargo en dichos países éste fenómeno se ha presentado de manera temporal.

EN MÉXICO SÍ HAY FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

De acuerdo con el análisis de los datos proporcionados por los países, no existe una mayor tendencia al empobrecimiento de las mujeres que al de los hombres, con excepción de México, cuyos resultados si reflejaron una feminización de la pobreza.

Sin embargo, los datos presentados están basados en el ingreso per cápita, que supone una distribución equitativa de los ingresos entre los miembros de la familia, sin embargo ésta idea es poco realista, pues los ingresos de una familia no son repartidos en partes iguales, sino de acuerdo con las necesidades de cada miembro, que generalmente se definen por la edad, el sexo, la ocupación, etc., y que generalmente favorece a los hombres.

La inequidad al interior de las familias en un factor muy importante para definir la mayor incidencia de mujeres en la pobreza, sin embargo ésta variable no puede ser medida, debido a que no hay estudios que reflejen estos datos. Esto afecta la efectividad de las políticas de los países para erradicar la pobreza, que pocas veces cuentan con una perspectiva de género.

Pero ¿cuáles son las causas de la feminización de la pobreza?, de acuerdo al informe «Progreso de las mujeres en el mundo: mujer, trabajo y pobreza.» presentado por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, una variable importante es el hecho de que las mujeres realizan el trabajo doméstico y se encargan de ser las cuidadoras de la familia, lo cual presenta restricciones en el tipo de empleo que pueden tomar.

Otra de las causas es la noción de género que define al «trabajo de las mujeres» y al «trabajo de los hombres», que contribuye a dar forma a la estructura del mercado laboral. Muchas mujeres quedan, entonces, relegadas al empleo informal, que no cubre las necesidades, ni proporciona los beneficios para tener un nivel de vida adecuado.

Incluso dentro del empleo formal, se pueden apreciar las múltiples dimensiones de desigualdad de género, las mujeres no sólo se desempeñan en tipos de trabajos diferentes y más precarios que los de los hombres, sino que también dentro de las mismas categorías los ingresos de las mujeres son comúnmente más bajos que los de los hombres.

Como ejemplo, el informe de UNIFEM presenta datos sobre Costa Rica, dónde las mujeres que trabajan de manera formal dentro del sector público ganan el 87 por ciento de lo que gana un hombre, y las que trabajan por su cuenta, el 62 por ciento.

En el sector informal, las diferencias son todavía mayores, pues una mujer que trabaja por cuenta propia, percibe sólo el 50 por ciento de lo que percibe un hombre.

Es necesario contar con datos que reflejen la realidad del país, y que tomen en cuenta las condiciones sociales y culturales que afectan a las mujeres mexicanas, para de esta forma establecer políticas que erradiquen la inequidad, y se detengan la feminización de la pobreza que se padece en el país.

09/AGM/GG

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido