El señor Hernández, salió a trabajar y ya no regresó. Eso fue hace 20 días. La desesperación de no saber nada de él lo hace a uno pensar lo peor, no obstante un día sonó el teléfono y era él, solo que desde México.
Autoridades de migración lo detuvieron en la parada donde siempre esperaba a su patrón, lo agarraron e inmediatamente fue deportado. Lo dejaron en Tijuana y de ahí se fue para Puebla, de donde llamó a su familia.
Aquí, se quedaron su esposa y tres hijos, ciudadanos americanos. La señora Hernández, se prepara para regresar a México. «No puedo sola con todos los gastos de la casa y de la familia. Además aquí las cosas se están poniendo muy feas».
Todos aquí, en Suffolk tenemos miedo. «Migración está deteniendo de poquitos en poquitos y pues no hay nada de reforma migratoria».
La señora Hernández agrega: «Nos vamos de aquí, ya lo pensamos bien. Dice que sale muy caro el regreso de su esposo. Y no es seguro que pase. Y si pasa, ya con una deportación. Y lo vuelven a detener aquí, entonces iría a la cárcel y ya no queremos pasar por esas cosas. Mejor nos vamos».
«Lo bueno», dijo, es que cuando lo detuvieron, se le olvidó su número de seguridad social. Si lo hubiera traído derechito a la cárcel. Así les esta pasando a muchos».
La semana pasada, en Somerset, detuvieron a 28 mexicanos trabajadores agrícolas, ellos serán llevados ante un juez federal de migración y luego deportados.
Y como todos traían documentos de identificación americanos falsos. Se les abrirá una investigación y proceso penal.
Aunado a las detenciones y deportaciones en contra de las y los trabajadores indocumentados, la semana pasada también, frente al Consulado mexicano, grupos en pro y en contra de la reforma migratoria integral (pendiente) se agredieron verbalmente.
El altercado dio como resultado la detención de siete de ellos, mientras los ánimos entre los grupos suben de tono y llegan a los insultos.
Todo pasa así, mientras se espera que la nueva legislatura retome el tema migratorio para dar solución a los problemas que diariamente enfrentan los más de 12 millones de trabajadores indocumentados que viven en los Estados Unidos.
06/LP/LR/CV
