Más de 1.2 millones de refugiados en África se encuentran en peligro de sufrir hambruna ante la falta de financiamiento al Programa Mundial de Alimentos (PMA), alertó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Ambos organismos advirtieron en un comunicado que se necesitan unas 112 mil toneladas de comida, que serían utilizadas para los próximos seis meses, pues muchos refugiados empiezan a recibir sólo la mitad de sus raciones mensuales de alimentos, mientras que las reservas sólo están contempladas hasta finales de marzo, mes que inicia mañana sábado.
Jean Jacques Graisse, director ejecutivo adjunto del PMA, expresó su preocupación de que ante la amenaza del conflicto en Irak, las naciones donantes distraigan su atención y dejen de enviar ayuda a los refugiados por un largo tiempo, lo que originaría una severa hambruna.
Los países donde se teme desabasto son Tanzania, Uganda, Kenya, Liberia, Sierra Leona, Argelia y Sudán, donde se encuentra un mayor número de refugiados, informa el comunicado.
Ante esta situación, el gobierno de Tanzania advirtió que de no recibir ayuda, obligaría a los refugiados a volver a sus países de origen pues teme que debido a la escasez alimenticia se origine bandalismo e inseguridad en las áreas de refugiados.
En Kenia, por ejemplo, debido a la falta de fondos se ha tenido que reducir las raciones de comida y de acuerdo a una encuesta sobre nutrición realizada por ACNUR y el PMA, la desnutrición en los niños refugiados que viven en los campamentos es 10 veces mayor que el parámetro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo que equivale a ocho mil niños desnutridos.
REDUCEN A LA MITAD RACIONES ALIMENTICIAS
Desde mayo del año pasado la falta de dinero ha obligado al PMA a reducir a la mitad los suministros alimenticios para los refugiados y la situación se torna cada vez más difícil debido a la intensa sequía que ha azotado a estas regiones, misma que ha reducido la agricultura en un 50 por ciento.
Esta situación resulta alarmante si se toma en cuenta que el 11 por ciento de los refugiados tiene que cultivar sus propios alimentos para complementar los que les dan.
Por su parte, Kamel Morjane, asistente de ACNUR, advirtió que la escasez de alimentos provocará la explotación de niñas, niños y mujeres, quienes tendrán que «comprometerse en relaciones de explotación a cambio de alimentos».
Enfatizó que aunque en otras ocasiones ACNUR ha solucionado la escasez alimentos, esta vez no será así pues el organismo enfrenta un déficit de financiamiento que ha afectado su capacidad de hacer frente a las necesidades más básicas de los refugiados.
LGL/MEL
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