En los últimos seis años, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atendió 20 mil 325 interrupciones del embarazo entre su población derechohabiente del norteño estado de Chihuahua.
Sin tomar en cuenta los abortos clandestinos, poco más de 416 casos son atendidos cada mes por el conjunto de instituciones médicas públicas en Chihuahua.
La salud reproductiva de las mujeres en Chihuahua se ve amenazada por los abortos, así como por cáncer, sida y otras enfermedades que afectan principalmente a las que tienen entre 15 y 40 años.
Los abortos ocupan 10 por ciento de las 35 mil atenciones obstétricas que brinda el IMSS, junto con los partos y cesáreas. En conjunto, absorben 20 por ciento del presupuesto de la institución.
Aunque en ningún caso fue posible precisar el origen de estos abortos, 32 por ciento de las mujeres tenían entre 20 y 24 años de edad para el caso de la capital, Chihuahua.
En Ciudad Juárez, las adolescentes entre 15 y 19 años de edad resultaron el grupo que con mayor frecuencia requirió un legrado.
El 68 por ciento de las mujeres que abortaron eran trabajadoras derechohabientes de la institución, 85 por ciento por de ellas con secundaria terminada o una carrera técnica completa.
Del total, seis de cada 10 pacientes dijo no saber que había causas médicas que pudieran originar aborto.
La mayoría de las entrevistadas dijo no saber que estaba embarazada. Cuando se percataron del sangrado la mita acudió directamente al Hospital de Ginecoobstetricia, 26 por ciento con su médico familiar, 20 por ciento con médicos de otra institución y cuatro por ciento a urgencias de otras unidades médicas.
El 31 por ciento de las pacientes antes había tenido otro aborto y el 30 por ciento tenían un hijo. 68 por ciento estaban casadas, tenían una pareja estable, 19 por ciento vivían en unión libre y sólo el ocho por ciento eran solteras.
En la búsqueda de condicionantes y antecedentes médicos para pensar en complicaciones, se encontró que 78 por ciento de las pacientes sufrieron infección en las vías urinarias o vaginal y presión alta. El 69 por ciento de ellas en los últimos seis meses habían estado en tratamiento por esos mismos padecimientos.
El 85 por ciento nunca tuvo atención prenatal.
Tras el periodo hospitalario, 72 por ciento de las pacientes aceptó un método de planificación familiar, frente a 28 por ciento que declinó la oferta. La preferencia fue por el dispositivo intrauterino (DIU) y los inyectables.
El estudio se llevó al cabo en los hospitales generales de zona de Chihuahua del IMSS donde hay atención ginecoobstétrica. Allí se dio seguimiento durante seis meses a mil 200 mujeres que sufrieron un aborto.
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