Celena tiene cinco años de edad, ella es ciudadana americana, asiste al kindergarden y sus padres, María y Anselmo, son trabajadores mexicanos indocumentados.
Ellos dicen estar muy preocupados por el caso de Elvira Arellano, activista mexicana con orden de deportación en Chicago, que se refugió junto con su hijo de siete años de edad en una iglesia.
«Estamos preocupados de lo que a ella le pase, pues nosotros también corremos ese peligro. Es lógico que si nos deportaran, nuestra hija tendría que irse con nosotros y pues perdería todas las oportunidades que este país le ofrece por ser americana. En México, nada sería igual», aseguraron.
Así, como ellos, y de acuerdo con informaciones del Comité 10 de Marzo, Coalición Pro Derechos de Inmigrantes y Refugiados de Chicago, como del propio abogado de Elvira Arellano, Joseph Mathews, más de tres millones de niños, como el hijo de Arellano, Saúl de siete años de edad, corren el riesgo de ser deportados con sus padres; dado que esos niños ciudadanos, tienen al menos un padre que ingresó a Estados Unidos de manera ilegal.
La semana pasada, en Chicago, en una audiencia ante la jueza Amy St. Eve, fiscales federales sostuvieron que autorizar la permanencia de Arellano, basándose en la demanda que interpuso relacionada con el hecho de que su deportación traería consigo la deportación de su hijo, seria otorgarle un beneficio que nunca fue considerado por el Congreso.
«No debe permitirse que la señorita Arellano haga caso omiso de la ley y utilice incluso esa ley, por medio de una ficción jurídica para desafiar la orden (de deportación) a través de su hijo», argumentaron los fiscales.
En tanto, Arellano, quien se encuentra refugiada desde el pasado 15 de agosto en la iglesia metodista Adalberto, ha declarado a diferentes medios de comunicación que continuará en ese centro religioso, hasta que se logre una solución favorable a su caso,
al tiempo de indicar que «mi hijo, no tiene otra familia aquí, y si me deportan también lo deportarían a él».
Arellano en 1997 fue detenida por primera vez al cruce de la frontera. La deportaron pero insistió y regresó a los Estados Unidos. En el 2002 fue detenida nuevamente luego de que se le encontró trabajando sin documentos utilizando un número de seguro social falso en el departamento de limpieza del aeropuerto internacional O?Hare.
Desde entonces, ha contado con apoyo de activistas del estado y ante el desenlace de su caso, su abogado, Joseph Mathews, dijo que Arellano esta dispuesta a usar un localizador electrónico en el tobillo o respetar un toque de queda si eso la protegiera contra la deportación mientras el caso continúa su curso.
«Estoy decepcionado por la decisión del gobierno, pero la entiendo. Ellos hacen su trabajo y nosotros el nuestro», dijo el abogado.
Así, conjuntamente con el proceso de una reforma integral migratoria, Arellano, hizo un exhorto a orar porque se logre legalizar a todos y todas para que la unidad familiar se logre, y así puedan continuar trabajando y superándose en este país.
Igual que el caso de Celena, tres millones de niñas y niños ciudadanos estadounidenses con padres indocumentados, se da a conocer también el caso de la mexicana, María Isabel Benítez, madre de cuatro niños ciudadanos, casada con un estadounidense.
Isabel Benítez enfrenta un proceso de deportación y por el momento esta aquí con una visa humanitaria que el gobernador de Illinoins Rod Blagojevich y el congresista Luis Gutiérrez le consiguieron, dado que su último hijo padece de un problema cerebral y requiere de atención médica en este país.
Es de destacar que en el proceso de la reforma migratoria, los demócratas han puesto énfasis en la unidad familiar para la legalización de los trabajadores indocumentados.
Del controvertido caso de Elvira Arellano, están pendientes miles de ciudadanos en Estados Unidos.
06/LPB/LR/CV
