El enfoque de género ha permitido destapar y observar más de cerca las desigualdades sociales y en el caso del agua hay dos aspectos importantes: las desigualdades sociales que son claras y crecientes en todas partes del mundo y por otro lado el tema ambiental.
El enfoque de género, puntualiza Hilda Salazar, de la Red de Género y Medio Ambiente de México, ha ayudado a observar a la sociedad como diversa y diferente, por lo que hay que aprender a construir estos nuevos modelos y paradigmas sobre la base del reconocimiento de la diversidad, que es diferente a la desigualdad.
El género es un organizador social, como el de las clases sociales o las etnias, y es muy poderoso porque organiza la familia, organiza la comunidad, el Estado y la participación pública, señaló Salazar durante la mesa de trabajo «Incrementando la participación democrática», en el foro Cambios políticos en Latinoamérica, ¿Nuevas políticas del agua?, impulsado por la Fundación Heinrich Böll, que concluyó hoy en esta ciudad.
Las contribuciones desde este enfoque de género, explicó Salazar, proponen arreglos sociales que tienen como paradigmas relaciones más horizontales, en vez de verticales, más igualitarias en vez de jerárquicas, más de colaboración en vez de subordinación.
Por otro lado, manifestó Salazar que los grupos con menor poder son los que padecen la escasez del agua y en general a todos los recursos, ejemplo de esto es el acceso de las mujeres al agua en el ámbito agrícola, el cual esta ligado con la propiedad de la tierra, donde aproximadamente solo el 20 ó 25 por ciento de ellas son propietarias de la tierra.
En este sentido, los derechos del agua, incluso la comercialización de estos derechos, mantienen fuera a las mujeres, en la medida de que no son propietarias de la tierra y esto también las hace no contar con los programas para el desarrollo agrícola.
Además, asegura Salazar, en los temas ambientales las mujeres también tienen un papel subvalorado. Un estudio realizado por la Red Género y Agua indica que las mujeres no están contempladas en los programas de reforestación y de cambio climático, más que en una proporción menor y siempre ligadas a estos pequeños proyectos productivos de traspatio.
Como gestoras, las mujeres siempre están al frente de la defensa, dijo Salazar, en las marchas, las manifestaciones y en el municipio; ellas siempre están pidiendo los suministros del agua, a pesar de eso, están ausentes en las tomas de decisiones de una manera muy importante.
Salazar mencionó que hay datos que indican que en esta ciudad el 94 por ciento de la gente tiene cobertura de agua, pero lo que no nos dicen es en que porcentaje es irregular, de mala calidad, accesible y asequible a la vivienda.
En esta mesa de trabajo también se expusieron los casos de Venezuela, con Cruz Maricela Salazar, vocera de las Mesas Técnicas del Agua de ese país, y de El Salvador, que tuvo como expositor a Julio Menjivar, de Juntas de Agua Rurales (ANDAR).
08/STP/GG