Hasta antes del 2 de julio la agenda de las mujeres en México estaba definida, sin embargo luego de esa fecha la agenda está hecha pedazos, nos enfrentamos a un país dividido y el desafío ahora es repensar las estrategias, expresó la periodista Sara Lovera, en el marco de la mesa de medios «Perspectivas para una política progresista de género en México».
Al participar en el Diálogo político entre mujeres progresistas, organizado de manera conjunta por Comunicación e Información de la Mujer, A. C. (CIMAC) y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, Sara Lovera advirtió que el país se encuentra dividido y enfrentado.
Antes de que esto sucediera, dijo, las mujeres considerábamos que vivíamos un proceso de avances de las mujeres en prácticamente todos los campos.
La mayoría de las mexicanas desconocen sus derechos, no tienen conciencia de ellos ni los reclaman, aunque reconoció que si hay avances en la construcción de una cultura feminista a la que tienen acceso una minoría, pero existe.
Sostuvo que las mexicanas reciben en general salarios menores a los hombres, son mayoría en la economía informal y ocupan el mayor porcentaje de pobres del país, a pesar de contribuir con el 52 por ciento de la economía familiar.
Reconocer este breve marco, subrayó, nos obliga a repensar desde donde podemos imaginar un futuro promisorio para las mujeres.
Urgió a reconocer que tenemos un Estado colapsado, incapaz de responder a las realidades de las mujeres, vivimos un espacio de «poderes patriarcales, agravados por la entronización del crimen organizado y los fundamentalismos».
Sabemos, insistió, que no hay justicia para las mujeres, las estadísticas de la violencia indican la pérdida de vida de miles cada año, por el hecho de ser mujeres, ello afecta psicológica y físicamente a millones.
Sara Lovera subrayó que si bien las mujeres han abierto espacios en la toma de decisiones, «no hemos conseguido transformar la vida de la mayoría de las mujeres, todas seguimos en desventaja en todos los campos de nuestra vida».
Las mujeres en México representan la mitad de los 60 millones de pobres; la participación laboral de la mujer a nivel nacional llegó a 37.4 por ciento en 2004; en 2006 de las 200 curules a repartir sólo 112 fueron para las mujeres, no sólo no aumentaron sino que se perdieron tres.
Frente a este panorama, reflexionó, es urgente construir nuevas estrategias, mecanismos y programas efectivos para el avance de las mujeres, redireccionar nuestra mirada y «echar a la basura todo lo que no nos sirve».
Lovera planteó la necesidad de ir hacia una Reforma del Estado en la que participen las mujeres desde todos los frentes «esta es una tarea retadora y necesaria, puntualizó, si lo que queremos es transformar nuestra condición».
Por otra parte, la diputada Rosario Ortiz, de la fracción parlamentaria del PRD en la Cámara de Diputados, dijo que actualmente las legisladoras se encuentran ante una coyuntura política muy importante para llevar a cabo la reforma del Estado.
Destacó que el reto para las mujeres en el Congreso será posicionar los temas de la agenda feminista. Debemos, expresó, encaminar el trabajo de las mujeres parlamentarias hacia la construcción de una nueva Constitución y para ellos se prepara ya la conformación de un Constituyente Feminista, al cual se convocará a todas las voces de este país.
La diputada perredista advirtió que luego del 2 de julio se ha sembrado el odio y la xenofobia en el país, por lo que la tarea más urgente para las mujeres progresistas es reconstruir el tejido social y lograr avanzar hacia una nueva Constitución Política que aborde el país que queremos construir para dar una mejor calidad a todas las mujeres mexicanas.
06/LG/LR
