Las mujeres se han incorporado al mercado laboral a un ritmo mayor que los hombres en los últimos cinco años, con una tasa media anual de crecimiento de 2.1%, frente al 0.9% de los varones, pero esa incorporación se ha dado en condiciones más desventajosas, afirmó la diputada federal suplente Rosario Ortiz.
En entrevista con Cimacnoticias, la fundadora de la Red de Mujeres Sindicalistas afirmó que las cifras oficiales sobre el aumento en la ocupación de la población femenina no reflejan las condiciones precarias en las que trabajan, sin contratos colectivos ni prestaciones sociales, o bien en el subempleo.
«La ocupación femenina sí ha crecido, pero no se trata de empleos en los que las mujeres tengan salarios dignos y opciones de desarrollo profesional, porque están trabajando jornadas parciales, con ingresos y prestaciones mínimas, o sin prestaciones», explicó.
Destacó que en un gran porcentaje de casos, las mujeres que ingresan a la actividad económica ni siquiera están ocupando puestos en alguna empresa, sino en actividades a las que tuvieron que integrarse ante el desempleo de sus parejas, y que desarrollan desde sus casas, como las ventas.
Consultada sobre las cifras de la Secretaría del Trabajo que hablan de una reducción de 40% a 34.4% del subempleo femenino de 1995 a la fecha, Ortiz consideró que deben tomarse con reservas, ya que las mediciones del empleo que realiza el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) consideran ocupada a una persona que trabajó al menos una hora durante el periodo de levantamiento de la encuesta.
Por ello, consideró que el subempleo entre la población en general, y entre las mujeres en particular, ha aumentado ante la falta de crecimiento del empleo formal y la ausencia de políticas públicas para impulsarlo: «Las mujeres no están mejorando sus condiciones de trabajo», sostuvo.
Sobre la tasa de desempleo femenino, que las cifras oficiales ubican en 2.9% frente a 2.4% del masculino, señaló que la tendencia no ha cambiado, pues es un escenario de crisis de empleo las mujeres son siempre el sector más afectado.
El costo social de esta crisis, afirmó, es también mayor para las mujeres, pues su salida al mercado de trabajo, sumada a un ingreso insuficiente, se refleja en problemas como el aumento de la violencia familiar, el maltrato a los hijos y el acercamiento de éstos a las adicciones y la delincuencia.
La sindicalista consideró que esta situación persistirá mientras no haya un cambio en el modelo económico y se impulsen políticas públicas efectivas de promoción de empleo y seguridad social, y hacer que funcione efectivamente la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, pues de lo contrario, todas las medidas que se adopten «van a ser parches».
Al respecto, citó el ejemplo del Instituto de Protección Social, cuya creación anunció el presidente Vicente Fox el 1 de mayo, que tendrá como función, de acuerdo con el mandatario, garantizar seguridad social y protección en salud, ahorro, pensiones y vivienda a un sector de la población mexicana.
«Crear otro instituto es sólo aumentar la burocracia y el gasto fiscal, pues la función que va a cumplir ya la tiene asignada la Secretaría del Trabajo, en su área de previsión social», sostuvo Ortiz.
Afirmó que, en todo caso, sería mejor crear una Secretaría de Previsión Social, que sería la responsable de generar políticas específicas de trabajo en las condiciones más dignas posibles.
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