Inicio Entre los conceptos de Estado y la justicia social: Ruth Zavaleta

Entre los conceptos de Estado y la justicia social: Ruth Zavaleta

Por Gladis Torres Ruiz

«Mi lucha ha tenido que ver más con los conceptos de Estado», mi identidad con la lucha social y de una lucha contra la pobreza y la violencia que me inculcó mi padre quien también sembró en mi el respeto a las instituciones. El 1 de septiembre de 2006, Fue el peor día de mi vida…», señala Ruth Zavaleta Salgado.

La ex legisladora, integrante del Frente Democrático Nacional y fundadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), recuerda que en momentos políticos, ese día cuando tenía que recibir el primer informe de Felipe Calderón, fue «el peor momento de mi vida, me sentía tan presionada y complicada en el asunto».

«Nunca pensé que fuéramos a hacernos de algunos conceptos de lucha dentro de la Cámara de Diputados o Senadores. La revolución».

En 2006, Zavaleta Salgado fue electa Diputada Federal plurinominal a la LX Legislatura que terminó en 2009, durante el primer año del periodo de la legislatura fungió como Vicepresidenta de la Mesa Directiva y Presidenta de la Cámara de Diputados.

El segundo año de su ejercicio, le correspondió presidir la sesión conjunta de Diputados y Senadores en la cual Felipe Calderón Hinojosa entregaría su primer informe de gobierno. Sin embargo, momentos antes de su entrada, Zavaleta se retiró de la tribuna, junto con todos los legisladores de su partido.

«Lo que pasó ese día fue acordado con el presidente», es decir el hecho de bajarnos de la tribuna fue una decisión colectiva, pero no el discurso. «Lo que fue particular, fue la revisión del discurso…5 minutos antes, estuve revisando que no me hicieran decir cosas que no quería».

Era un discurso que estuvieron redactando entre todas y todos los del PRD y que yo no estaba dispuesta a decir, para mi era de vida o muerte en términos políticos, de decidir en esos momentos quién era Ruth Zavaleta. Que yo no era una persona que iba ser manipulada.
Para mi era fundamental que la Cámara lograra retomar la credibilidad: Cuando salí a presidir esa sesión, no lo hice pensando en que me iban a cortar la señal, yo pensaba en cómo decir a la gente lo que estaba pasando. Sabía que no iba a quedar bien con nadie.

Después de esto, pensaba, la gente del PAN y del PRI ya no me van apoyar en ninguna iniciativa y la gente del PRD menos porque ellos querían un discurso muy radical que yo no quise decir; ese día nos golpearon bajando, y eso no se vio en los medios, y nadie lo dijo.

Un compañero iba conmigo y otro le soltó un puñetazo en la cara estaban indignados porque no habíamos dicho el discurso que ellos pedían.

Santiago Creel se me acercó y me dijo: todo estuvo bien menos lo último ¿por que dijiste eso? Bueno eso se pactó no había más, no podíamos hacer otra cosa, le contesté. Él estaba muy enojado, la cuestión de la legitimidad del presidente les molestó mucho.

Yo quería un equilibrio, y lo más importante después era cómo ganar la credibilidad, para no perder autoridad en las sesiones de la Cámara de Diputados, eso era lo que más me preocupaba, añade la
licenciada en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sostuvo que negoció esa autoridad con Héctor Larios, Gamboa, con los diputados y el propio Javier Gonzáles «fue difícil pero si se logró pactar que supieran que no era una decisión personal, sino un asunto pactado que trataba de conciliar los sentimientos e intereses de todos».

SU COMPROMISO CON LA LUCHA

En Guerrero, me tocó estar muy cerca de Chilpancingo cuando fue la represión contra las y los estudiantes, en mi propia casa se refugiaban los estudiantes y estas situaciones me marcaron e hicieron que más tarde me indignara.

Así, llegó a ser dirigente social, se comprometió con la lucha por la vivienda, porque la gente no tenía dónde vivir, «entonces decíamos que el Artículo 4 de la Constitución nos da derecho a tener una vivienda digna».

A pesar de que traigo una cultura de pelear por los derechos de la gente y que es me coloca en el terreno de la izquierda. «Vengo de una cultura de respeto a las instituciones…cuando yo tenía cinco o seis años vivía en una casita entre la iglesia y el cuartel de militares, mi padre era el electricista del pueblo y enfrente de nosotros vivía la directora de la escuela».

Así, los domingos llegaban a desayunar a la casa: el padre, el coronel de los militares y la directora de la escuela; mi vida estaba fundamentada en el respeto que mi madre y mi padre me enseñaron a tener con estas tres instituciones la educativa militar y la religiosa, entonces de repente llegas a adulto y te dicen tu lucha en la izquierda tiene que traducirse a descalificar todas las instituciones «es imposible, de donde me iba a salir eso».

«Estaba en la idea que teníamos que luchar contra la injusticia y contra el Estado y reformarlo, pero mediante la idea de tomar las armas e irme a matar a los militares de irme a enfrentar con otros compañeros que estaban del lado del gobierno, no era la forma».

Conocía a los militares era gente muy pobre que venía de las partes de la montaña alta, yo traducía toda mi lucha contra la pobreza en los dos bandos tan pobre era el que estaba luchando, como el que estaba dentro de los militares por que no tenía otra opción de trabajo, eran una serie de contradicciones, que se tuvieron que aclarar con toda una serie de estudios, de lecturas, de conocimientos, de escuchar a la gente y estableciendo hasta donde los límites.

EL DESCREDITO DE LOS POLITICOS

Yo tengo dos hijos y cuando llegué a la diputación, lo primero que me empezaron a decir fue que en la escuela se burlaban de ellos y les cuestionaban que yo fuera diputada federal y eso en mi carrera política nunca me había pasado, que mis hijos se sintieran presionados por la gente, por el descrédito que hay de los políticos.

Por ello, me hice el propósito de luchar por la institución, por la Cámara de Diputados, porque a ningún diputado debe de darle vergüenza de haber sido diputado.

El 25 de noviembre de 2009, Zavaleta Salgado presentó su renuncia a la militancia en el PRD con el argumento de que «la discusión sustancial se pretende disfrazar como traición al pueblo y al partido. Se niega la posibilidad de los acuerdos satanizando y descalificando a quienes los impulsen y con ello se pierden oportunidades para participar»

«Yo digo que no debes de sufrir en los lugares en donde estás debes ser feliz, buscar en donde eres feliz, en donde te desarrollas plenamente y a mí me causaba mucha soledad ese tipo de actitudes…..».

10/GTR/LR/LGL

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