Ante la orden de deportación que enfrenta y el peligro de ir a la cárcel por desacato a las autoridades de Migración, Elvira Arellano, envió una carta al presidente Vicente Fox para que interceda por ella ante su homólogo George Bush y le otorgue una suspensión de deportación.
Antes del 15 de noviembre Arellano, quien se encuentra alojada junto con su hijo en una iglesia metodista, debe de salir del país o, por desobediencia a la orden de deportación, su delito pasaría a ser felonía y podría ser castigada hasta con cuatro años de cárcel.
Gail Montenegro, portavoz del Buró de Vigilancia de Inmigración y Aduanas (BICE), comentó que de acuerdo con el Departamento Legal de esta agencia federal, «el día que (Arellano) no se presentó se convirtió en fugitiva y es elegible para cargos criminales».
Añadió que en «este tipo de casos por lo general no los llevamos a la Corte, sino que nos dedicamos a buscar a los fugitivos, arrestarlos y deportarlos».
Arellano de 31 años de edad, originaria de Michoacán, y madre de Saúl, un niño estadounidense de 7 años de edad, envió una carta al presidente Fox, en la que le explica que su hijo es uno de los 3.9 millones de niños ciudadanos estadounidenses que temen la separación de sus padres indocumentados «porque Estados Unidos y México no han llegado a un acuerdo que puede proteger a nuestras familias».
Arellano, quien se ha convertido en una portavoz del movimiento pro reforma migratoria, organizando marchas y cabildeos en Washington, dice que la oportunidad que pide es para continuar trabajando por una reforma migratoria para las y los aproximadamente 12 millones de indocumentados.
En la misiva le dice a Fox y a su esposa Marta Sahagún que entre ambos países hay miles de acuerdos corporativos. Sin embargo, «no puedo creer que el gobierno de México sea incapaz de proteger la unidad de nuestras familias».
Finalmente pregunta a Fox sobre la posibilidad de permanecer en Estados Unidos bajo «algún tipo de protección diplomática», o bien «como parte del personal que labora en el consulado».
El cónsul alterno del Consulado General de México en Chicago, Aníbal Gómez, acudió a la Iglesia Metodista Unida Adalberto, a recibir la misiva y se comprometió a entregarla lo antes posible, por lo que Arellano confía en recibir una respuesta muy pronto.
Arellano fue detenida en la frontera en 1997 y deportada. Reingresó ilegalmente y en el 2002 fue arrestada mientras trabajaba, con un número de Seguro Social falso, limpiando aviones en el aeropuerto internacional O’Hare de Chicago.
Con la ayuda de legisladores logró postergar en tres ocasiones su deportación, y durante su lucha por quedarse con su hijo en Estados Unidos, se convirtió en activista y presidenta de la Campaña Familia Latina Unida, que aboga por la reunificación de familias separadas por deportaciones y por una reforma migratoria integral.
Por otra parte, Saúl viajará a Washington el 3 de noviembre para cabildear por una reforma migratoria que beneficiaría a aproximadamente cuatro millones de niñas y niños con padres indocumentados.
«Aunque quiera mantener a mi hijo al margen del asunto no se puede», dijo la activista, «el está pendiente de lo que sucede a nuestro alrededor desde el momento que me arrestaron en su presencia.
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