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España: 200 hospitales ofrecen técnicas de reproducción asistida

Por María Cobos

Las técnicas de reproducción asistida humana existen en el mundo desde que en 1978 nació la primera niña probeta de la mano de los biólogos Rock y Merkin en el Gran Hospital del Holdman en el Reino Unido.

En España, aparecieron en 1984 tras el nacimiento de una niña llamada Ana en la clínica Dexeus de Barcelona. Desde entonces, mucho han evolucionado las técnicas y muchas mujeres son las que se han sometido a una estimulación ovárica en beneficio de que otras mujeres puedan utilizar los ovocitos donados para tener descendencia.

En España existen más de 200 centros sanitarios que ofrecen técnicas de reproducción asistida a parejas heterosexuales infértiles, mujeres solas o parejas de homosexuales que quieran tener familia. Los establecimientos públicos no llegan a los 40 y la mayoría de ellos funcionan en Cataluña (41), Andalucía (41) y Madrid (34).

Según los datos de la Sociedad Española de Fertilidad, un 15 por ciento de las parejas españolas en edad reproductiva sufren algún tipo de esterilidad. El 40 por ciento de ellas recurrirán a estos tratamientos que, con frecuencia, requieren la aportación de ovocitos de otras mujeres.

LA TÉCNICA

Las mujeres donantes de óvulos pasan por un proceso en el que son necesarios un examen ginecológico y una analítica completa de sangre y orina, incluido un estudio cromosómico que permite descartar posibles anomalías que se pudieran transmitir; un estudio que detecte enfermedades de transmisión como la Hepatitis o el SIDA y un estudio ginecológico que incluye un ecosonograma vaginal en el que se detecta por ondas de sonido la anatomía de los órganos reproductivos, los ciclos menstruales y la presencia de quistes, miomas, pólipos y otras alteraciones.

Además, la donante debe formalizar un test psicológico para detectar posibles patologías psiquiátricas y firmar un compromiso por el cual renuncia a un hipotético intento de reclamar alguna maternidad. Si supera estos controles comienza el tratamiento hormonal. Para que el ovario produzca más de un ovocito precisa de inyecciones subcutáneas, y pasados entre 8 y 12 días, se práctica una punción en el ovario para extraer los ovocitos. Esta aspiración de óvulos se realiza en quirófano y bajo anestesia.

María Victoria Verdú, ginecóloga y coordinadora de la Unidad de Reproducción Asistida de la clínica Ginefiv de Madrid, centro colaborador de la clínica Belén, declara a AmecoPress que «es una técnica sencilla pero que requiere meterse en un quirófano para extraer los óvulos y eso siempre ha impresionado a las donantes. Las técnicas han evolucionado y no conlleva excesivos riesgos por lo que cada vez hay más donantes de óvulos».

PERFIL DE LAS DONANTES y GRATIFICACIÓN

El más frecuente es el de mujeres universitarias de entre 20 y 25 años, y últimamente, el de jóvenes emigrantes de países del Este europeo. La ley actual establece como requisitos de las donantes tener entre 18 y 35 años, una buena salud física y mental –lo que significa tener una función ovulatoria normal– no padecer, ni ella ni sus familiares, ninguna malformación, enfermedad genética o hereditaria y no haber dado a luz más de seis hijas o hijos.

Existe gratificación para las donantes. Aunque la legislación española precisa que no debe pagarse por ello, no excluye compensaciones económicamente por someterse al proceso de donación que supone pasar por un tratamiento, consultas médicas, análisis y desplazamientos.

Los varones por la donación de semen perciben unos 600 euros (dependiendo del centro puede variar la cifra) y las mujeres pueden recibir una cantidad de entre 800 y MIL euros, según la Comisión de Reproducción Asistida, dependiente del Ministerio de Sanidad.

PROS Y CONTRAS DE LA DONACIÓN

El Centro Catalán de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), una asociación científica sin ánimo de lucro, denuncia que instituciones públicas y privadas hagan campañas para la captación de donantes de óvulos, captación que suele hacerse con anuncios en las universidades españolas y en el que aparecen contenidos como:

«¿Eres tan generosa de ayudar a una pareja a ser feliz? ¿Conoces alguna pareja que no puede tener hijos? ¿Sabes el sufrimiento que para ellos supone esta situación? Muchas mujeres son incapaces de tener un hijo por si mismas debido a un fallo de sus ovarios. Para ellas la donación de óvulos es su única esperanza de ser madres… ¡Está en tu mano ayudarles!

El CAPS considera que estos anuncios juegan con la manipulación emocional y utiliza la solidaridad entre las mujeres para someterse a una intervención quirúrgica que puede tener riesgos a medio y largo plazo.

Recuerda la organización que la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida del Ministerio de Sanidad y Consumo, en su Informe Anual de 1998, decía que «… la donación de ovocitos es un acto sanitario que produce molestias y puede tener complicaciones, tanto por el acto en sí mismo, como por los tratamientos añadidos que conlleva (…) Esas razones han llevado a algunos países a prohibir la donación de ovocitos por parte de mujeres jóvenes y sanas que no vayan a ser sometidas por sí mismas a ninguna intervención quirúrgica abdominal que permita la extracción simultánea de ovocitos ni a posible tratamiento de su propia esterilidad.

La donación de óvulos está prohibida en Alemania, Austria, Suiza e Italia y es considerada un procedimiento peligroso para la salud de las donantes en Dinamarca y Suecia. Sin embargo, la donación anónima está permitida, además de en otros países, en España, Estados Unidos y en Gran Bretaña.

El Centro Catalán considera que las mujeres jóvenes se someten a fuertes cócteles hormonales, entre ellos potentes dosis de estradiol, para que sus ovarios produzcan la mayor cantidad de óvulos posibles y denuncia que nada dicen estos centros de los posibles efectos secundarios y riesgos reconocidos en numerosos estudios.

Margarita López Carrillo, documentalista del CAPS, en un artículo sobre «Lo que deberían saber las donantes de óvulos» explica que los riesgos de la estimulación ovárica conllevan unos riesgos demostrados de «síndrome de hiperestimulación ovárica» que consiste en un trastorno cardio-circulatorio y respiratorio que puede ocasionar incluso la muerte en las mujeres.

Además puede conllevar otros riegos, que aún no están demostrados científicamente, como la «menopausia prematura» consecuencia del agotamiento ovárico, «infertilidad potencial en el futuro» producida por los fármacos, ya que al estimular el ovario dejan la mucosa uterina poco acogedora para un embarazo; «cáncer de mama y ovario» por la altas dosis de estrógenos suministradas; y «osteoporosis» entre mujeres jóvenes por presentar una producción excesiva de estrógenos durante la etapa fértil.

Sin embargo, la ginecóloga Mª Victoria Verdú declara que «a las donantes se les hacen estudios genéticos y pasan un informe psicológico; si las mujeres superan todos estos controles podrán donar. Si nos encontramos con pacientes que no responden de forma adecuada al tratamiento, no pueden donar».

Advierte que «se pueden producir complicaciones que pueden venir motivadas por la estimulación ovárica, por ello utilizamos dosis muy bajas para que los ovarios no se pongan muy grandes. Intentamos que los ovarios estén muy controlados en todo el proceso. Pueden venir molestias leves como de distensión abdominal, hinchazón y pinchazos».

«Es –agrega– un proceso de selección muy exhaustivo y las donantes responden bien; lo que pasa es que hasta que no sacamos los óvulos no podemos tener la seguridad de si son de buena calidad o no. En cada extracción se sacan de unos 10 a 12 ovocitos, y de esos, los que valen son una media de 6 a 8, los demás se desechan».

Verdú explica que «muchas mujeres creen que se les va a adelantar la menopausia, pero no es así. Las mujeres nacemos con una gran cantidad de óvulos y ovularemos uno en cada mes; pero otros muchos no serán ovulados y a lo largo del proceso de envejecimiento ovárico se estropearán. Hay que admitir que todos los óvulos que tenemos en los ovarios no van ovular en la vida fértil de una mujer y cuidamos mucho a las donantes porque se trata de donar óvulos y no de que se pongan enfermas. No hay efectos secundarios a medio, largo plazo, porque la misma mujer no dona muchos óvulos. Lo normal son dos veces, algunas hasta tres».

08/MC/GG

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