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Esperan mujeres del Bajío cambio con comicios

Por Rafael Maya

En el Bajío mexicano, territorio con fuerte influencia de la Iglesia católica y gobernado por el Partido Acción Nacional (PAN) desde hace 15 años, las mujeres resisten al conservadurismo, mantienen la esperanza y aspiran a que los comicios federales del próximo 2 de julio tengan como resultado un cambio benéfico para sus vidas.

«Hartas» del panismo y del priísmo, partidos que han dominado el espectro político local desde hace años, mujeres de los estados de Aguascalientes y Guanajuato –trabajadoras, estudiantes, amas de casa, jóvenes, ciudadanas de a pie y sin militancia partidista-, expresan de diversas formas su deseo de vivir mejor, en equidad, sin discriminación frente a los varones y sin violencia… su anhelo de ser libres.

Los recientes recorridos que la candidata presidencial del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina (PASC), Patricia Mercado, llevó a cabo en ambas entidades representaron un aliciente para decenas de mujeres que vieron la posibilidad de un mejor porvenir para ellas y sus familias.

YA ES HORA

Verona Valencia García, una de las cuatro consejeras electorales que integran la Junta Local electoral del distrito 2 en la ciudad de Aguascalientes, considera que «ya es justo y necesario» que una mujer como Patricia Mercado compita por la Presidencia de la República.

Feminista, activista durante los trabajos previos a la Conferencia Mundial de la Mujer de Pekín en 1995, Valencia García afirma que las mujeres «tenemos un rol muy importante en este país, y era importante que una mujer empezara a abrir brecha», sostiene.

La consejera electoral –quien proviene de la organización civil Centro de Capacitación para el Desarrollo Comunitario (Cecadec)-, asegura que desde su encargo en la Junta Local ha convivido con muchas mujeres que «verdaderamente están sorprendidas con las propuestas de Patricia Mercado».

TIEMPO DE CAMBIAR

Las máquinas de coser van a todo lo que dan. Sus operadoras –mujeres en su mayoría- se muestran sorprendidas y gustosas por la visita de la candidata presidencial del PASC a su lugar de trabajo: la fábrica «Guantes Vargas», en la Ciudad Industrial en Aguascalientes.

Mujeres jóvenes y maduras dejan de coser los gruesos hilos de los guantes de uso industrial para saludar de mano y conversar con Patricia Mercado. Demuestran admiración, le desean éxito y la felicitan por aventurarse a participar en una competencia dominada tradicionalmente por los varones.

Momentos después, más de 100 mujeres –muchas de ellas menores de 30 años- se arremolinan en el área de jardines de la empresa, en donde desde un kiosco de tipo campestre Mercado les habla de sus derechos laborales, de la libertad sindical, de la equidad salarial entre las y los trabajadores, y de la «discriminación y exclusión» que padecen las mujeres en al ámbito laboral.

Atentas, con su uniforme azul de trabajo, las trabajadoras asienten de manera aprobatoria. Le miran con curiosidad… con respeto. Tras escuchar el mensaje de Mercado, Anabelia Ramos y Patricia Servín, trabajadoras de 27 y 21 años de edad, respectivamente, comentan a Cimacnoticias sobre sus condiciones de empleo, lo difícil de su trabajo y el bajo salario.

Dice Anabelia –robusta, de piel morena y cabello largo-: «Trabajo en la máquina de coser desde hace 10 años. Me salí de la escuela para trabajar. Soy madre soltera, tengo una hija, y no me alcanza lo que gano para vivir (poco más de mil pesos a la semana), apenas para lo necesario».

«Hace falta un cambio, siempre he votado por el PRI», reconoce la costurera, mientras recuerda que la jornada laboral a destajo (programada de 8 de la mañana a 4:30 de la tarde), a veces se extiende hasta las ocho de la noche. De sol a sol.

Por su parte, la costurera Patricia –delgada y de ojos grandes- dice que no tiene tiempo para estudiar. «Apenas saco para los camiones y la comida. Estaría bien que una mujer llegara a la Presidencia porque ya se necesita un cambio, siempre todo es lo mismo. El trabajo es muy pesado, termino muy cansada. Sería bueno ganar más», demanda la joven.

Yolanda Cruz –con 13 años de laborar en «Guantes Vargas»- comenta entusiasmada: «Qué bueno que una mujer va para la Presidencia (de la República); es un logro para nosotras las mujeres que los hombres no siempre lleven la batuta, (demostrarles) que también una como mujer puede y tiene capacidad», enfatiza con orgullo esta señora madura que se apresta a continuar su labor en la máquina de coser.

GUANAJUATO: TIERRA ANTIABORTO

En el año 2000, la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN) en el Congreso de Guanajuato –la tierra natal del saliente mandatario Vicente Fox- aprobó la reforma al artículo 163 del Código Penal estatal, que pretendía eliminar la posibilidad del aborto legal en casos de violación.

En ese momento, la respuesta inmediata de todos los sectores de la sociedad fue un rechazo contundente a esa pretensión, en especial de los grupos de mujeres, quienes se movilizaron tanto en ese estado como en el Distrito Federal para exigir al entonces gobernador Ramón Martín Huerta el veto de tal iniciativa, considerada como un retroceso grave en la lucha por los derechos de la población femenina.

Al final, la medida no prosperó pero con la administración panista estatal y con los alcaldes blanquiazules en la mayoría de los municipios, las autoridades han pretendido una y otra vez afectar los derechos femeninos.

Pero las mujeres guanajuatenses han resistido los embates. Aún sin estar del todo de acuerdo con la despenalización del aborto –una de las propuestas de la candidata presidencial del PASC, Patricia Mercado-, las habitantes de este estado defienden de manera firme el derecho que tienen para decidir libremente sobre su maternidad.

CONTRA EL CONSERVADURISMO

Son las jóvenes quienes manifiestan una mayor frescura y un mejor ánimo para cambiar mentalidades y tradiciones conservadoras que –reconocen- están muy acendradas en la sociedad guanajuatense.

Ana Cristina Puentes Zárate, de 20 años y que dice que estudiará Comunicación porque «le apasiona», afirma que «se tienen que quitar los convencionalismos sociales. Yo sí estoy a favor (de la despenalización del aborto)».

Advierte que hay «contradicción con la religión católica o con cualquier religión que no acepta el aborto, pero por eso yo digo que tenemos que cambiar por nuestros ideales, ser más abiertas», insiste.

«Como mujeres tenemos también derecho a decidir sobre la maternidad, porque hay muchas causas por las que no se puede ser madre. Entonces a mí me parece muy bien esta propuesta de que las mujeres debemos decidir por nosotras mismas. Yo soy católica pero independientemente de eso apoyo la propuesta», dice por separado Socorro García Vargas, celayense de 53 años de edad.

Madre de dos mujeres jóvenes profesionistas, Socorro sostiene que «se debe cambiar (el conservadurismo); es posible, porque nuestras jóvenes ya tienen otro tipo (de ideas). Ellas aceptan rotundamente el cambio, tienen que decidir y yo como madre lo acepto porque a final de cuentas es su decisión», señala contundente.

Así, en el Bajío mexicano las mujeres –tradicionalmente sometidas por la Iglesia católica y el sistema patriarcal- aguardan a que tras los comicios del próximo 2 de julio quien llegue a la Presidencia respete, garantice y amplíe los derechos de las mexicanas en todos los ámbitos.

06/RM/LR

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