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Esposas de migrantes, en grave riesgo ante el SIDA

Cres pasó casi la mitad de sus 32 años trabajando en los Estados Unidos en la recoleta de cosechas de California y Texas, y en Nueva York y Chicago laborando en fábricas. Su esposa tiene tres hijos de él. Pasó mucho tiempo solo y durante esos periodos se infectó con el VIH.

«No sé cómo o dónde y con quién me contagié», dice Cres, quien habló con el New York Times (NYT) bajo condición de no ser identificado. «No tengo idea de cómo fue, y no quiero saberlo. Solo quiero salir adelante con mi vida», indica.

Trabajadores inmigrantes como él van a los Estados Unidos con sueños de prosperidad, esperando regresar con dólares. Pero algunos regresan con algo más: con VIH o SIDA.

La infección se está esparciendo en zonas rurales de México que no están preparadas para sortear la epidemia, sobre todo donde la migración es mayor hacia los Estados Unidos, afirman diversas investigaciones.

El SIDA se ha propagado en ambas fronteras, afirma el NYT. La crisis está presente. Particularmente en México, el SIDA es tratado bajo un estigma y se niega. Y en Estados Unidos, es asumido como un mal que los inmigrantes traen al país.

En las zonas rurales mexicanas, el mayor riesgo de contraer el SIDA lo tienen las mujeres que tienen relaciones sexuales con sus esposos migrantes, encontró un nuevo estudio, porque sus esposos se rehúsan a usar condones.

Investigadores explicaron –dice el NYT– que los inmigrantes tienen más parejas sexuales que los que se quedan en sus casas, en su tierra.

Para las mujeres que migran, reporta el matutino neoyorkino, el camino les trae el riesgo de ser violentadas y abusadas sexualmente, con el alto riesgo también de contraer SIDA.

Para muchos inmigrantes que dejan sus casas y sus familias, el viaje es una experiencia de soledad que los insita a tener nuevas relaciones en los Estados Unidos.

Para México, el problema ocurre tanto en su frontera sur como en la norte, pues son zonas que se han convertido en imanes para la prostitución y el tráfico de drogas.

La migración enfrenta condiciones y experiencias que incrementan los riesgos, dijo el epidemiólogo y director del estudio del SIDA de la Universidad de California, George Lemp, quien se dedica al estudio de contagio de esa enfermedad entre migrantes.

La y los inmigrantes son vulnerables, dice. Ellos están solos, están expuestos a diferentes prácticas sexuales. Tienen barreras del lenguaje para los servicios, existe mucha depresión, soledad y abuso, resumió el experto.

Las cifras del SIDA en México son considerablemente bajas comparadas con las de Estados Unidos, un poco menos de la mitad, de acuerdo con los estadísticas de las Naciones Unidas del 2006.

La infección del VIH entre la población de 15 a 49 años en los Estados Unidos es de 0.6 por ciento, comparada con México de 0.3 por ciento, dice la ONU.

Nuestra preocupación es lo que pueda pasar en el futuro entre la población, dijo el estudioso de Lemp, quien investiga y dirige el estudio de inmigrantes con SIDA de los Estados Unidos y México.

LA MIGRACIÓN DEL SIDA

Los primeros casos diagnosticados en México de SIDA se encontraron en inmigrantes en 1983, dicen las investigaciones. Desde entonces, los estudios continúan mostrando que entre quienes migran a Estados Unidos hay un porcentaje alto de personas que contraen la enfermedad.

Un estudio, financiado por California-México AIDS Initiative, encontró que más de un tercio de inmigrantes que trabajan en los sitios de levantamiento de cosechas en Los Ángeles han recibido propuestas de dinero por parte de hombres para tener sexo. Y cerca de una décima parte de los inmigrantes, desesperados por ganarse la vida, han aceptado, encontró el estudio.

Muchos inmigrantes cuyas esposas se quedaron tienen sexo con gente más propensa a tener el VIH, cuentan con limitado acceso al servicio de salud, apunto Jennifer S. Hirsch, profesora de Salud Publica de la Columbia University y que escribió en The American Journal of Public Helth lo anterior en junio de este año.

Ella encontró que los esposos inmigrantes que fueron fieles a sus esposas constituyen los de mayor riesgo, pues buscan sexo con prostitutas en los Estados Unidos y son quienes tienen menos relaciones prolongadas con otras mujeres.

Hay hombres que se ausentan mucho tiempo y no se sabe qué ocurre lejos con su sexualidad, pero el tema de la infidelidad frecuentemente es un tabú y no se trata con sus esposas.

El New York Times dice que en el Hospital General de Puebla la doctora Indiana Torreds mencionó que el 22 por ciento de mil casos de VIH y SIDA que la clínica atiende pueden explicarse por la migración, la mayoría del área de Nueva York.

En ese hospital, se indica, se construye un nuevo espacio para brindar atención a esos pacientes.

Ahí, en Puebla, una mujer de 25 años de edad, quien pidió el anonimato, dijo que su esposo la infectó después de que regreso de Washington.

Se dio cuenta de la infección del VIH tras dar a luz a su hija, quien nació con el virus y murió. La otra hija, la mayor, también contrajo el virus. La mujer y su esposo se separaron.

El gobierno mexicano, por su parte, está llevando a cabo un programa dirigido a los inmigrantes ?Go healthy, Return healthy?.

El estigma que pesa sobre el SIDA en México no deja ver que los migrantes pueden contraer el virus extra maritalmente.

07/LPB/GG

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